El año de su cosecha no importa. Harrison Ford, Richard Gere, Sean Connery, George Clooney o Bruce Willis se añejan en las bodegas del cine, pero lejos de perder su atractivo, más bien lo aumentan.
El paso de los años los encuentra en plena forma aunque no puedan ya esconder canas y arrugas.
Además siguen muy activos en la producción de cintas que los llevan cada pocos meses a las salas de cine.
El más sensual
Ya sea en el papel de un médico en E.R., batallando con supervillanos en Batman y Robin o persiguiendo productos nucleares robados en The Peacemaker, el cuarentón George Clooney se roba la respiración de muchas mujeres.
Su atractivo calificado por ellas de profundo, su inteligencia y sensibilidad, y ese malévolo sentido del humor son algunos de los atributos que lo hicieron ganarse el título del más sensual de los hombres vivos durante 1997, otorgado por la revista People.
A eso hay que unir, según las "malas lenguas" su maravillosa habilidad para hacer que una mujer sienta las rodillas débiles, y algunas arruguitas alrededor de los ojos que parece contribuyen a hacer interesante su cara, cosa que no ocurre con el resto de los mortales.
Pese a que se ha negado rotundamente a un nuevo matrimonio -después de haberse divorciado en 1992 de la actriz Talia Balsam- las mujeres se derriten por Clooney, quien ahora sostiene un romance con la francesa y estudiante de leyes Celine Balitran.
Aunque cuando joven sufrió porque padeció de una parálisis facial o porque las producciones en las que actuaba resultaban un fracaso, hoy recoge los frutos de su carrera, entre ellos $10 millones que le pagaron por vestirse de hombre murciélago o el contrato por $28 millones que firmó con la Warner Bros, para hacer tres películas.
En la galaxia de Indiana
Otro -que acepta sin tapujos- demostró su imagen taquillera en su más reciente película, Seis días y siete noches.
Anteriormente, Ford había atrapado también las boleterías con Avión presidencial, donde hizo un convincente papel de primer mandatario de Estados Unidos que es secuestrado en su propio avión, el Air Force One, por terroristas rusos.
Empezó en la década del 60 cuando se estableció en Hollywood e hizo una serie de papeles secundarios en películas de vaqueros y en teleseries como Gunsmoke, El virginiano y Ironside.
Decepcionado con su suerte en la meca del cine, prefirió trabajar como carpintero hasta que en 1973 volvió a la pantalla bajo la dirección de George Lucas en American Graffiti, cinta que se imprimió un nuevo rumbo a su vida.
El encuentro con Lucas le abrió las puertas del superestrellato cuatro años más tarde de aquella primera cinta, volvió a incluirlo dentro del reparto de su fantasía espacial La guerra de las galaxias. A bordo de una nave espacial alcanzó, como Han Solo, la cúspide.
Su popularidad subió más aún en 1981, cuando Lucas lo puso en el papel protagónico del aventurero arqueólogo Indiana Jones en la cinta del mismo nombre, de la que se hicieron dos filmes más.
En 1992 encarnó a un agente del gobierno estadounidense en Juegos de patriotas siguiendo en 1993 con El fugitivo, Peligro inminente (1994) y el año pasado en El enemigo propio (1997).
Un segundo aire
Otro que ya peina canas es Richard Gere. Pero ese tono platinado que ahora luce su cabello lejos de volverlo viejo, le ha conferido "un segundo aire".
Así, según las mujeres, luce aún más apetecible que antes, pese a que siempre se le ha considerado uno de los máximos símbolos sexuales del sétimo arte.
El astro hollywoodense está a menos de un año de cumplir los 50 y los productores de cine saben que incluirlo en el reparto representa un éxito de taquilla asegurado.
Gere se convirtió en el gran sex-symbol de los 80 gracias a películas como Gigolo americano . En 1981 alcanzó el primer lugar con su interpretación de Oficial y caballero. A partir de entonces fue encadenado a papeles de seductor, idealista y a veces caradura, que cimentaron su fama de juerguista y donjuán.
En 1986, el año en que fue emparejado con Kim Basinger, en Atrapado sin salida, la estrella de Richard Gere empezó a languidecer, y a finales de los 80 parecía totalmente apagada.
Pero, llegó su segunda oportunidad en un cuento de hadas ambientado en la época moderna: Pretty Woman , que consiguió impulsarlo de nuevo.
En la última década, su carrera ha avanzado sin mayores sobresaltos mientras su imagen ha madurado con él para convertirlo un seductor entradito en años. Películas como El Chacal y Justicia roja no explotan su imagen sexy, sino más bien la de héroe.
Su tormentoso divorcio de la top-model Cindy Crawford fue "estudiado" con lupa por la prensa del corazón, y a la largo esto también sumó puntos a su popularidad.
Asunto de rostros
No se queda atrás el protagonista de Armagedon. Catalogado entre los actores "duros" de la industria cinematográfica, Bruce Willis también atrapa a las mujeres.
Con cierto descaro, el actor afirma que "siempre hago las películas que quiero".
Es un lujo que no todos los actores de Hollywood se
pueden dar, pero sí Willis.
El actor, quien recientemente se divorció de la escultural Demie Moore, nació en Alemania, en el lado Occidental cuando estaba el Muro, y trabajó en Broadway en obras de importancia escasa.
Llegó al estrellato por la tele; sin embargo, sería olvidable si no fuera por la exitosa serie fílmica Duro de matar, que arrancó en 1988. Si se pregunta a los críticos, recordarán a Bruce Willis por su buena actuación en Tiempos violentos (1994, de Quentin Tarantino) y por la mala actuación en La hoguera de las vanidades (1990, de Brian de Palma).
Con licencia para seducir
El actor Sean Connery, quien sobrevivió a su etapa como el agente 007 para consagrarse como uno de los mejores actores de los últimos tiempos, atrapa suspiros desde muy joven. En 1950 representó a Escocia en el concurso de Míster Universo y al año siguiente consiguió un puesto en el coro de la obra musical South Pacific en un teatro de Londres.
El actor cumplió 68 años el 25 de agosto, protagonizando una película que ha sido duramente atacada por la crítica: Los vengadores.
Famoso por su personaje de James Bond, Sean Connery se inició en 1954 desempeñando papeles pequeños en algunos filmes sin mayor importancia, pero en 1962 su vida cambió del cielo a la tierra cuando le ofrecieron encarnar al agente del servicio secreto británico con licencia para matar.
Connery obtuvo el Premio de la Academia Británica como Mejor Actor por El nombre de la rosa (1986) y un Oscar de Hollywood como Mejor Actor de Reparto por Los intocables (1987), donde trabajó junto al cubano Andy García.
Es otro a quien los años le han sumado atractivo y él lo ha explotado en papeles que se adaptan a su nueva imagen.
Mal pero bien
Kevin Costner, no ha sobrepasado los 50, pero 43 años, muestran los vestigios del tiempo.
Películas como Wyatt Earp, El guardaespaldas, Mundo acuático, Robin Hood o la más reciente de todas: El mensajero, lo descubren con un perfil de vaquero con buen corazón.
Su último trabajo recibió un baño de agua fría al ser señalado como el peor largometraje del año en la decimoctava edición de los "premios" Frambuesa de Oro. Estos son otorgados por una organización creada en 1980 por el periodista John Wilson.
El mensajero también recibió "premios" al peor actor, peor director, guión menos logrado y peor música.
Y aunque mantiene bien cargado su imagen sobre las taquillos, todos esos antecedentes ponen en duda si Costner será tan perdurable como los otros maduros del cine.