Carla Pravisani (Argentina, 1976) publicó recientemente el libro La piel no miente , y con él obtuvo el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en la categoría de Cuento. En este libro, pequeñas personas se tornan gran des personajes.
La autora también ha logrado otros reconocimientos, como una Mención de Honor en el VI Premio Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón. Carla Pravisani es coeditora de la revista literaria Literofilia (literofilia.com).
––¿Cómo creó las tramas de “La piel no miente”?
–Al ser un libro de cuentos, en realidad, lo que genera unidad es el lugar geográfico, la atmósfera, el enfoque de los cuentos.
–¿Hay continuidad entre este libro y sus obras anteriores?
–Yo creería que sí. En mi primer libro de cuentos – Y el ultimo apagó la luz – quizás había un poco más de miedo a la frase larga. Yo estaba más contenida, con miedo a tropezarme si ponía una coma.
–¿En qué se diferencia este libro de los otros que ha publicado?
–En el libro anterior, Y el último apagó la luz, yo tenía una fascinación por la tensión escénica; en cambio, en La piel no miente me interesé en la exploración del conflicto interior de los personajes. Creo –y esto está embarrado de subjetividad– que la escritura de este libro está mucho más suelta.
–¿Cuáles influencias sintió?
–Estuve atravesada por Saul Bellow.
–Como algunos autores, ¿tiene usted también un “lector imaginario” para el que escribe?
–Mi lector imaginario debe tener sentido del humor y ser un poco nostálgico quizás; o estar siempre batallando con sus propias contradicciones.
–¿Presenta los originales a amigos antes de publicar el libro?
–Uno de mis mejores lectores es mi esposo, Gustavo Fallas. También he tenido, durante mucho tiempo, la gran guía de Marcelo di Marco y las lecturas de amigos escritores que respeto y admiro, como Warren Ulloa y Tomás Sánchez Bellocchio.
”Sin embargo, por lo general, muestro poco. Si yo misma estoy perdida y lo enseño, esto me confunde más; así que, si estoy muy dudosa, leo. Leo a los de siempre. Destrozo los cuentos de los Maestros hasta encontrar sus llaves.
–¿Cuándo escribe?
–De madrugada. Me levanto a las cuatro de la mañana, pero no siempre: solo cuando estoy embalada con algo.
–¿Pudo evitar la distracción?
–A esa hora estoy tan dormida que escribo casi en automático. Soy una surrealista trasnochada.
–¿Rehízo partes del libro?
–Trabajo como un obsesivo pintor de brocha gorda: en capas. Cada cuento tiene unas quince versiones. En el libro anterior, el promedio era de treinta.
–¿Cuándo y cómo corrige?
–Primero, la arquitectura (la coherencia, la verosimilitud, la estructura); segundo, la frondosidad (que lo contado tenga relieve); finalmente, la desmalezada (eliminar adverbios, verbos comodines, metáforas narcisistas, errores gramaticales, etcétera).
–¿Qué le costó más crear: ambientes, personajes, diálogos...?
–Lo que más me cuesta crear es el encanto: que el cuento sea un disparador de polisemia.
–¿Qué cambiaría en el libro si debiera escribirlo otra vez?
–Mi etapa masoquista ya pasó; no lo escribiría otra vez. Además, escrito como está, ganó un premio, así que temería corregirle hasta un error ortográfico y que después no le dieran nada.
–¿Le interesan las críticas –favorables o desfavorables– que suscitan sus libros?
–Me interesan los lectores agudos y acepto cualquier crítica hecha desde la inteligencia. En la creación, la humildad es clave. Además, hay algo que mágicamente coincide: las personas talentosas, los grandes Maestros, en general son proclives a criticar desde el más profundo respeto: no respeto por el autor –el ego poco importa en el camino a la mejora–, sino un respeto soberano por las dificultades que implica un proceso creativo.
”En cambio, sucede lo opuesto con aquellos que nunca en su vida se han sentado a escribir nada. El miedo muchas veces tiene cara de hiena.
–¿Qué libro le hubiera gustado escribir?
–De lo último que leí, tengo dos que me royeron de envidia: la novela La vida de las mujeres , de Alice Munro, y el libro de cuentos Tierra desacostumbrada , de Jhumpa Lahiri.
–¿Cuáles son sus libros?
–Mis libros publicados son tres: Y el último apagó la luz (Perro Azul, 2004), el poemario Apocalipsis íntimo (Perro Azul, 2010) y La piel no miente (Uruk, 2012).