Viena . La contaminación de cianuro originada en Rumania, que llegó el lunes a Belgrado y seguía avanzando el martes por el Danubio hacia Bulgaria, fue comparada con la catástrofe ecológica causada por el accidente nuclear de Chernobyl.
El sistema ecológico del río Tisza, afluente del Danubio que atraviesa el norte de Serbia, "está destruido por años" a raíz de la contaminación con el cianuro procedente de una mina de oro de Rumania, declaró en Belgrado el ministro serbio del Medio Ambiente, Branislav Blazic.
"La ola de cianuro ha asestado un golpe mortal al Tisza en Hungría y en Serbia. Se trata de la mayor catástrofe ecológica desde la de Chernobyl", dijo el ministro en conferencia de prensa.
La comparación con el accidente nuclear de Chernobyl (abril de 1986) había sido hecha ya en Hungría, y por ecologistas de varios países.
"No serviría de nada volver a echar peces al río puesto que todo el ecosistema está destruido y no tendrían de qué alimentarse", agregó Blazic.
Más de cien toneladas de peces muertos fueron retirados ya del Tisza, río que atraviesa el norte de Rumania, el sur de Hungría y el norte de Serbia antes de desembocar en el Danubio, unos 50 km al norte de Belgrado.
Denunciando "la débil reacción de la comunidad internacinal" a este desastre ecológico, Blazic indicó que el gobierno de Belgrado cuenta demandar a la compañía australiana Esmeralda y al gobierno rumano, copropietarios de la mina de Aurul.
Unos 100.000 metros cúbicos de agua contaminada con cianuro fueron vertidos accidentalmente a principios de febrero en dos ríos, el Szamos y el Tisza, desde esa mina de oro situada en Sasar (norte de Rumania).
Blazic se congratuló por la cooperación con Hungría, el país más afectado por la catástrofe, y precisó que los dos países presentarán una demanda conjunta ante las autoridades internacionales.
Por su parte, en Budapest, políticos y militantes ecologistas húngaros acusaron a Occidente de vender a Europa central equipos y material obsoletos.
Aludiendo a la utilización de cianuro en la mina de Aurul, el ministro húngaro del Medio Ambiente, Pal Fehervari, afirmó que "tal tecnología no exste en Occidente"
"Hay muchos ejemplos de empresas occidentales que tratan de vender en Europa central tecnologías prohibidas en Occidente", acotó el presidente de la comisión parlamentaria del Medio Ambiente, Zoltan Illes, calificando esa actitud de "colonización ecológica".
Ante la amplitud de la catástrofe, Hungría pidió ayuda a Unión Europea, al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y a otros organismos internacionales.
En Sofía, las autoridades búlgaras esperaban el martes que el cianuro se haya diluido cuando llegue a territorio de Bulgaria, pero los ecologistas temen una contaminación a largo plazo.
"Es poco probable que el cianuro nos llegue con una concentración peligrosa", aseguró la ministra del Medio Ambiente, Evdokia Maneva.
Por su parte, Dimitar Kantardjiev, director del Centro Nacional de Protección del Medio Ambiente, declaró a la AFP que está "seguro en un 99% de que la contaminación no afectará a Bulgaria", porque el nivel del río es elevado y su caudal de 7.000 a 8.000 metros cúbicos por segundo reducirá la concentración del veneno.
No obstante, el diario progubernametnal Democratzia advirtió que no hay que "reaccionar demasiado rápidamente ni con demasiada serenidad a un fenómeno del que no tenemos ninguna experiencia".
El optimismo oficial "hace pensar en la catástrofe de Chernobyl", agregó el diario, recordando que en 1986 las autoridades habían afirmado que Bulgaria no era concernida por la radiación y no tomaron ninguna medida preventiva, cuando después resultó que fue uno de los países más afectados de Europa.
El profesor Stefan Mijailov, director de la organización ecologista Ecofondation, estimó asimismo que el optimismo de las autoridades "es falso y carece de fundamento". "El cianuro mata todos los organismos vivos y provoca daños incalculables", dijo, estimando que afectará la cadena alimentaria incluso en escasa concentración.
"El cianuro se depositará en las plantas y envenenará a los peces y a los pájaros durante años", afirmó Mladen Jivkov, del Instituto de Zoología de la Academia de Ciencas de Bulgaria.
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, La Nación Digital. Fuente: agencias.