Naciones Unidas, 3 sep (EFE).- El Consejo de Seguridad pidió hoy la liberación inmediata de un soldado marroquí que participaba en la Misión de la ONU en la República Democrática del Congo (MONUC), que fue secuestrado ayer en la región nororiental de Ituri.
En una declaración a la prensa, el presidente de turno del Consejo de Seguridad, el embajador español, Juan Antonio Yañez-Barnuevo, hizo un llamamiento para "la puesta en libertad de inmediato" del soldado.
El soldado, que participaba en el contingente marroquí que la ONU tiene desplegado en la localidad congoleña de Bunia, no ha sido identificado aún y se desconocen los motivos de su secuestro.
Precisamente, el Consejo de Seguridad se había reunido hoy para tratar el tema del Congo y la ampliación en número y capacidad de la MONUC para que pueda ser más efectiva.
Congo está batallando para acabar una guerra civil que dura cinco años entre tribus rivales, hemas y lendus, en las provincias nororientales de Ituri y Kivu por el control de recursos naturales.
Los enfrentamientos entre los dos grupos se agravaron en mayo y junio del 2003, con la muerte de al menos 500 personas, lo que forzó a la ONU a ampliar y redistribuir el despliegue de los efectivos de la MONUC, que actualmente son de 10.600 soldados.
El embajador español reiteró la condena firme del Consejo de Seguridad a las violaciones de los derechos humanos y de la ley internacional sin ningún tipo de impunidad.
Además, instó a la comunidad internacional a tomar las medidas necesarias de asistencia al gobierno congoleño para que ponga fin a este tipo de impunidades.
Resaltó que la situación en el distrito de Ituri había mejorado, en parte gracias a la Operación Artemis, liderada por la Unión Europea, así como también por el despliegue de una brigada especial de la MONUC.
En nombre del Consejo, Yañez-Barnuevo instó al gobierno congoleño a "extender su autoridad en todo el país, con la asistencia de la MONUC".
Durante la sesión de este órgano de la ONU, también se analizó la masacre del pasado 13 de agosto en el campo de refugiados de Gatumba, en Burundi, en el que murieron 160 congoleses de la etnia tutsi.
El Consejo pidió al secretario general, Kofi Annan, que active las investigaciones sobre quienes fueron los autores y las motivaciones de la matanza y que presente un informe "lo antes posible".
El informe está siendo elaborado con datos e informaciones procedentes de la MONUC y la misión de la ONU en Burundi (ONUB), en colaboración con expertos del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
La masacre de Gatumba fue reivindicada por las Fuerzas Nacionales de Liberación (FNL), el último grupo rebelde hutu aún en activo en Burundi, que se niega a formar parte del gobierno de rotación de poder entre tutsis y hutus.
Sin embargo, Burundi y Ruanda acusan de haber participado en el ataque a elementos que operan desde el Congo, entre ellos las antiguas Fuerzas Armadas ruandesas y las milicias hutus "Interahamwe".
El embajador de Burundi ante la ONU, Marc Nteturuye, reiteró que su gobierno "está totalmente convencido de que los autores de la masacre fueron una coalición negativa de fuerzas con base en el Congo que se han asociado con el FNL".
Asimismo, mostró su sorpresa porque la ONU todavía no haya llegado a estas conclusiones, cuando la asociación y acuerdos entre estos grupos rebeldes armados de ambos países está bien documentada en anteriores informes elaborados por el organismo internacional. EFE
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