La falta de tiempo o la pereza para prepararlos hacen que cada vez menos ticos consuman jugos de frutas naturales o los “frescos”.
En su lugar, se prefieren jugos procesados o gaseosos, o quizá, los paquetes con un polvo que, al revolver con agua dan una bebida saborizada.
Pese a la comodidad de estas bebidas, la factura que su consumo le pasa a la salud de los costarricenses no es baja y hay evidencia de ello.
Un estudio hecho por la doctora costarricense en Salud Pública de la Universidad Harvard, Hannia Campos, indicó que solo el hecho de sustituir un jugo de frutas casero por uno procesado al día aumenta en un 30% el riesgo de padecer el llamado síndrome metabólico.
Esta es una condición caracterizada por exceso de grasa abdominal, sobrepeso, presión arterial alta y también elevados niveles de colesterol. “El problema es que es un síndrome silencioso; las personas no presentan síntomas, pero pueden ir hacia males graves como diabetes, infartos o derrames cerebrales”, dijo Campos.
Los jugos naturales son la opción más sana y evitan el síndrome metabólico, seguida de los “frescos” (fruta combinada con azúcar y agua). En el extremo contrario de riesgo están los jugos procesados y las gaseosas.
Bebidas decisivas. Estos datos son parte de un estudio más amplio sobre las causas y características del infarto en los ticos. Esa investigación empezó en 1994 y, durante 10 años, estudió a 2.000 ticos que habían sufrido su primer infarto; por cada uno de ellos, se tomó a una persona de edad similar y de la misma zona geográfica que no lo hubiera sufrido.
El reporte sobre las bebidas utilizó solo a quienes no tenían historia de infarto.
El estudio tomó en cuenta a 1.872 personas y se publicó en la revista The Journal of Nutrition .
A todos los participantes se les tomaron muestras de sangre para determinar sus niveles de azúcar, colesterol y grasa. También se les tomaron medidas de peso y altura.
Ellos respondieron un cuestionario sobre qué tipo de bebidas tomaban y con qué frecuencia.
El análisis reflejó que de ellos, solo el 14% tomaba jugo puro de frutas al menos una vez al día; el 48% ingería fresco una vez al día; el 14% tomaba jugos procesados y un 5% gaseosas. El resto combinaba gaseosa y jugos procesados.
Durante los 10 años de investigación se vio quiénes desarrollaron síndrome metabólico y los compararon con su ingesta de bebidas.
Así se determinó que el riesgo de síndrome metabólico era un 30% más alto entre quienes tomaban jugos procesados o gaseosas en lugar de solo jugos naturales.
“El mensaje no es dejar de comer la fruta sólida pues tiene mucho más nutrientes. La idea es que si van a acompañar su comida con una bebida, que sea lo más sana posible”, declaró Campos.
Exceso perjudicial. Para la nutricionista Adriana Navarro, el problema con los jugos procesados, y con algunos “frescos” hechos en casa es su alto contenido de azúcar. “El consumo de estas bebidas tan azucaradas está asociado con obesidad y diabetes tipo 2”, señaló.
Otro punto por considerar es que algunos procesados a la venta no son realmente jugos de frutas y, si acaso, contienen de un 10% a un 20% de fruta, el resto es agua, azúcar y saborizantes. Los expertos piden leer etiquetas y ver cuánta fruta hay en esos envasados.