Brasilia, 1 jul (EFE).- El Supremo Tribunal Federal de Brasil falló hoy a favor de permitir la interrupción del embarazo en casos de fetos con una grave deformación genética llamada anencefalia, o falta de cerebro.
El controvertido fallo judicial fue aprobado de manera preliminar y aunque ya está vigente en todo Brasil, todavía deberá ser ratificado por la plenaria del tribunal, la suprema corte del país.
De acuerdo con el fallo del magistrado Marco Aurelio de Mello, una madre está autorizada a interrumpir el embarazo si se descubre que la criatura es anencefálica (sin cerebro).
La sentencia señala que la anticipación de este tipo de parto no es un aborto.
"La gestante convive diariamente con la triste realidad y el recuerdo interrumpido de un feto, dentro de sí, que nunca podrá tornarse un ser vivo", señala el veredicto.
La situación de una madre en este tipo de casos "entra en conflicto con la dignidad humana, la legalidad, la libertad realidad y la autonomía de la voluntad", añade el texto.
Mantener este tipo de gestación impone a la mujer y a la respectiva familia daños morales y sicológicos, además de los riesgos físicos reconocidos por la medicina, agrega.
La anencefalia define una ausencia total de la bóveda craneana en un cerebro rudimentario, y con ausencia total o parcial de encéfalo.
La demanda, presentada por la Confederación Nacional de los Trabajadores, defendía la tesis de que obligar a una mujer a llevar hasta el fin un embarazo, aun a sabiendas de que éste es inviable, "es una violación a la dignidad".
"Es un sufrimiento físico y sicológico equiparado a la tortura", según el abogado de la causa, Luis Roberto Barroso.
Hasta ahora, en este tipo de casos, la madre era obligada a abrir un proceso judicial que tardaba mucho tiempo entre tribunales de varias instancias.
En algunos casos la decisión judicial ha llegado después del fin de gestaciones que han puesto en grave peligro la vida de las frustradas madres, señaló el abogado.
En febrero pasado, el mismo tribunal concedió un hábeas corpus o amparo a un feto con esta malformación, lo que impidió que la madre fuera sometida a un aborto, que había sido autorizado por un tribunal del estado de Río de Janeiro.
El caso despertó una fuerte polémica entre juristas, médicos, la iglesia y organizaciones civiles y de derechos humanos.
La sentencia de hoy de otro magistrado del mismo tribunal toma en cuenta que el 50 por ciento de los casos de anencefalia desemboca en la muerte de la criatura en el período intrauterino y en el 100 por ciento de los casos hasta pocas horas después del nacimiento.
Portavoces de la Confederación Nacional de Obispos católicos han argumentado que aunque sin cerebro "esos fetos tienen la dignidad de persona humana", y que la medicina estaría "desconociendo esa dignidad y la existencia de vida en esa fase de la evolución de todo ser humano". EFE
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