Buscando a Nemo (Finding Nemo) EE. UU., 2003. Dirección: Andrew Stanton. Guión: Andrew Stanton, Bob Peterson, David Reynolds. Producción: Graham Walters. Dirección: Andrew Stanton. Fotografía: Sharon Calahan, Jeremy Lasky. Voces: Albert Brooks, Ellen DeGeneres, Willem Dafoe, Geoffrey Rush, Alisson Janney.
La irrupción de los estudios Pixar en el mundo de la animación digital, especialmente en largometrajes y cortometrajes "infantiles" de gran popularidad, ha significado un paso verdaderamente revolucionario en la concepción del animado contemporáneo.
Filmes como Toy Story ( Juguetes ), A Bugís Life ( Bichos ), o Monsters, Inc ( Monstruos S. A. ), han representado el perfeccionamiento sostenido de los casi infinitos recursos tecnológicos vinculados con la animación digital.
Pero, igualmente, estos filmes no solo han propuesto un vuelco en los recursos tecnológicos de los cuales se conforma un animado, sino que también han renovado argumental y narrativamente las historias que nos cuentan, con una frescura e imaginación poco usuales dentro del animado actual.
Podría decirse que muchas de estas virtudes reunidas las tiene Finding Nemo ( Buscando a Nemo ), la más reciente entrega de los estudios Pixar, en colaboración con Walt Disney.
Buscando a Nemo nos cuenta una especie de divertida odisea en clave acuática: la de Marlin, un pez-payaso que se ve separado de su pequeño hijo Nemo cuando este es atrapado en la red de un buzo-dentista, quien lo lleva a la pecera de su consultorio.
Allí, Nemo conoce a otros peces que se vuelven sus amigos y, juntos, traman escapar de esa diminuta cárcel de cristal donde están prisioneros.
Mientras tanto, el papá de Nemo emprende un desesperado y riesgoso viaje para rescatar a su hijo. Para ello, encuentra a una extraña "guía": Dory, una despistada pececita que se olvida continuamente de todo.
Marlin y Dory pasan por innumerables aventuras a veces agradables, pero, en otras ocasiones, muy peligrosas que incluyen encuentros con tiburones, algas venenosas, tortugas, etcétera.
En ese sentido, Buscando a Nemo realizó un detallado trabajo de animación virtual, tanto de los peces como del ambiente donde éstos se mueven, con una muy diferenciada y efectiva recreación de los distintos sitios del océano que recorren estos animales: desde el gran colorido de los arrecifes, hasta la oscuridad total de las aguas profundas.
Ahora bien, más allá del virtuosismo técnico (bastante común en nuestros días), tal vez lo más meritorio de este animado es la forma tan imaginativa y fresca como logra mantener la atención de todo tipo de público, a partir de una sencilla, pero divertidísima historia, repleta de momentos agradables y sobre todo muy graciosos.