En la presente edición del FIA, la Compañía Nacional de Teatro y la Compañía Nacional de Danza se unieron para escenificar
Estas dos instituciones culturales estuvieron lideradas por el mexicano, Luis Rábago, responsable de la dirección general y por Marcela Aguilar, quien le proporcionó la unidad coreográfica a la obra. Rábago y Aguilar se proponen con este montaje homenajear a un artista que supo valorar aspectos de nuestro folclore y, en especial, del habla campesina.
Para ello, ambientaron las acciones en un burdel, lugar que frecuentaba el escritor, donde contaba sus historias. El personaje de Aquileo J. Echeverría lo ejecutó Gustavo Rojas demostró buen tono y volumen de voz, como personaje principal. Por su parte, la dueña del salón fue recreada por Marcia Saborío, quien manejaba a las “Chiquillas”, escenificadas por los miembros de la Compañía Nacional de Danza.
Las escenas que me parecieron más interesantes y mejor logradas fueron el breve solo de Marcelina, que le permitió a Wendy Chinchilla expresar con intensidad su dolor; el diálogo entre Ñor José María, interpretado por Luis Fernando Gómez y Ña Chepa (Eugenia Chaverri), durante la venta de la leña; la danza de Carmela, creada por Laura Molina, o el duelo entre Javier Jiménez y Carlos Soto. Del mismo modo, Andrés Montero en Ñor Vindas y Gerardo Arce, en la escena del pedido de la firma, demostraron su dominio de las tablas.
En la puesta hubo otros colaboradores como Carlos Escalante, quien realizó el arreglo de varias piezas entre las que destacan creaciones de compositores costarricenses como: J. Fonseca, R. Chaves y E. Prieto, además de J. Offenbach y C. Gounod. Estas partituras fueron bien ejecutadas por un ensamble musical, el cual compartió protagonismo en el montaje.
La responsabilidad del vestuario fue de Rolando Trejos, quien diseñó trajes con fuertes referencias de la época. Trejos mantuvo una tonalidad en la que predominó el blanco y variaciones de
La iluminación de Luis Romero destacó la utilería de Carlos Ureña que resultó funcional y discreta, orientada a dar aspectos de realismo; no obstante, el detalle de la carreta no fue bien resuelto, ya que se vio muy acartonada.
Después de casi dos horas,