Sí, sonó diferente
Bajo el título de CONvivir Suena Mejor el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) convocó, en una noche insólita, a 14 artistas de la música popular nacional y presentó siete dúos nunca antes jamás pensados. Nunca, ni en broma ni en serio. Nunca.
Esta inusitada alquimia de estilos, tendencias, voces y formas de vestir provocó un encuentro extraordinario de supuestas relaciones imposibles para comprobar, del dicho al hecho y sin mucho trecho, que venciendo mitos se convive sin temor alguno.
El ejemplo sobre el escenario del Teatro Melico llegó en forma de parábola para ofrecer "una muestra explícita de sana convivencia, tolerancia y respeto por las diferencias". Toda una apología a la tolerancia en tiempos donde el cólera dejó de ser una peste para convertirse en un estado de ánimo. Cólera, odio, rencor, miedo, frustración e ignorancia. Todas las emociones que conducen con facilidad a la peligrosa xenofobia.
Este peculiar concierto motivó a la audiencia en una forma directa, clara y evidente, sin ambigüedades ni prédicas vacías. Lo de la violencia es real y la población se está acostumbrando, de ahí, que las voces y la presencia de artistas de reconocida trayectoria juntos, por vez primera, otorgó absoluta credibilidad a la propuesta del PNUD.
Transmitido por tres canales de televisión, una emisora de radio y pantallas gigantes a lo largo de la avenida segunda este fue un evento de complicada logística para Producciones Novaterra, que ya se ubica en nuestro medio como una de las más confiables por sus buenos resultados. El espectáculo fue un éxito así como su organización.
En la parte musical, aunque el menú se mostraba capaz de causar una gastritis intensa, debo reconocer que la propuesta fue manejada con gran inteligencia, sobre todo, por su productor musical, el señor Tito Oses, que con esta ya lleva dos excelentes ideas, de esas que rompen esquemas: los conciertos en zonas alejadas de la capital con Nito Mestre y el de los dúos extremos.
Manuel Obregón y Tapón abrieron el programa. Este par dejó muy claro por donde iba la cosa: en cuestión de gustos no todo está escrito. Marta Fonseca y Alex Rodríguez aportaron sus buenas voces, pero nada más. Tito Oses y el sexteto Master Key se perdieron entre las butacas debido a algunas irregularidades con la amplificación de las voces, sin embargo, su trabajo de acople, se notaba, era muy bueno.
Elena Umaña, con la "cancha" que brinda ser una diva del pueblo, se comió al Melico con su gracia y su estilo al cantar el clásico bolero de Ray Tico, Eso es Imposible, quien a su vez no pudo ocultar su fascinación por ella. Paul Jiménez, antes una voz de El Parque y Carlos Guzmán por Gaviota, convirtieron en un gran coro al público con su versión de ¿Qué vas a hacer esta noche?. Cerca del final los mejores números venían. Javier Cartín y Johnny Man, mostraron la mejor química de la noche, mientras que desde Santa Cruz, Balo Gómez nos asombró con su capacidad para roquear junto al prestigios grupo Gandhi.
Por los resultados, me da la impresión, de que este podría convertirse en un concierto anual y de impresionante alcance social dentro de la población centroamericana.
Los hacedores del evento se pusieron una flor en el ojal.
El llenazo fue espectacular, al igual que la organización y al final... el aplauso total.