La anemia se presenta por deficiencia de hierro en la alimentación, pérdida de sangre (común en mujeres en edad reproductiva), por factores que interfieran en la producción y reemplazo de los glóbulos rojos o que aceleren la destrucción de glóbulos rojos. También puede ser producida por disminución de la hemoglobina o una hemoglobina que no cumpla con sus funciones (disfuncional).
Al presentarse cualquiera de estos trastornos, tendremos deficiente flujo de oxígeno a las células y la intensidad de los síntomas puede variar de leves a severos.
Los valores normales de hematocrito (cantidad de glóbulos rojos) para la mujer van de 36 a 48 por ciento, para el hombre de 40 a 52 por ciento. Los valores anotados por la Organización Mundial de la Salud para el diagnóstico de anemia son: hemoglobina menor de 12 g/dl en la mujer, o menos de 13.5 g/dl en el hombre.
Hay diferentes formas de anemia producida por padecimientos que van desde trastornos del corazón, enfermedad de los riñones, del hígado, de la tiroides, trastornos de la coagulación, leucemia, problemas de la plaquetas, enfermedades hereditarias como la hemofilia y disminuido consumo de hierro en la dieta.
Mujeres con mayor riesgo
La anemia por pérdida de sangre es común en la mujer en edad reproductiva, ya sea por el parto o por sangrados menstruales abundantes.
Los síntomas usuales son fatiga, cansancio rápido o "falta de aire" al hacer ejercicio, pica (deseo compulsivo de comer hielo, arcilla o almidón, frecuentemente encontrados en anemia por deficiencia de hierro) y síncope (frecuentemente acompañando al ejercicio).
Signos comunes son la palidez de la piel, de la matriz de las uñas, de las encías y la conjuntiva del ojo y a menudo el paciente dice sentirse débil y con palpitaciones. Mareos, desmayos, dolor de cabeza, irritabilidad, vértigo y ruidos en los oídos (tinitus) se pueden presentar si la anemia es de las que se clasifican como severas.
La pérdida crónica de sangre puede obedecer a sangrado menstrual abundante, úlceras en el estómago, hemorroides, tumores gastrointestinales y trastornos digestivos que interfieren con la absorción de vitaminas y minerales esenciales.
En un estudio realizado en la Universidad de Pensilvania, se midieron los niveles de ferritina (proteína que almacena hierro, encontrada en el hígado, médula del hueso y el bazo) en 45 mujeres con pérdida de cabello, comparando los resultados con un grupo control de mujeres sanas. El estudio anotó la asociación directa de bajos niveles de ferritina y pérdida de cabello.
Diagnóstico necesario
El diagnóstico de la anemia es muy importante en una buena historia clínica; es necesario investigar la duración de los síntomas, padecimientos de fondo, historia familiar y pérdida de sangre reciente (parto, accidentes, cirugía). Se deben hacer también los exámenes de laboratorio correspondientes.
Si la anemia es causada por deficiencia de hierro o ácido fólico, de seguro el médico recomendará cambios en la dieta y suplementos. Los mejores son los de gluconato de hierro porque se absorben más fácilmente que el sulfato de hierro, y por lo general el hierro en líquido es mejor aceptado por el aparato digestivo, que en tabletas.
Consulte con su médico la dosis adecuada ya que el exceso puede producir dolor abdominal, desbalance nutricional y otros trastornos, especialmente en los niños.
Si la anemia es causada por pérdida de sangre, el tratamiento dependerá de la causa del sangrado.
Buena nutrición
La buena nutrición es esencial en la prevención y tratamiento de la anemia. Es bueno incluir alimentos ricos en vitaminas y minerales como cereales, pan enriquecido con hierro, papas, zanahorias, tomate, brócoli, carne roja, hígado, pollo, almendras y mariscos.
La investigación señala que el hierro que proviene de fuente animal es mejor absorbido que el hierro que obtenemos de las plantas. La vitamina C ayuda en la absorción de hierro, por lo que se recomienda tomar jugos de frutas cítricas y evitar bebidas de soda, antiácidos, té negro y café con cafeína que interfieren con la absorción de hierro en el aparato digestivo.
Si tiene niveles bajos de ácido fólico consuma hongos, vegetales de hoja verde, hígado, huevos, leche y frutas cítricas. Tenga presente que las frutas deberán de consumirse naturales y los vegetales solo ligeramente cocinados, porque el calor destruye el ácido fólico.