Sus ojos le muestran el color, la forma, la belleza; le permiten ver el paisaje, leer y admirar todo cuanto le rodea. Ellos merecen, por tanto, que usted los cuide y esté listo para combatir los muchos padecimientos que acechan a la vista.
Los más frecuentes son aquellos que se relacionan con la capacidad de refracción, como la miopía y la hipermetropía. Sin embargo -más que enfermedades- estas son condiciones sujetas a la forma de cada ojo, y generalmente se corrigen con anteojos o lentes de contacto.
También existen trastornos de origen hereditario, como el estrabismo. "Se reconoce fácilmente porque consiste en la desviación de un ojo respecto al otro, ya sea hacia dentro, afuera, arriba o abajo. Se puede corregir con anteojos, pero a veces hay que recurrir a la cirugía", detalla el oftalmólogo José Marbis.
Mucho más complejo es el caso de las cataratas, las cuales provocan una opacidad del cristalino: esta parte del ojo es transparente y reproduce la imagen de los objetos en la retina; si una catarata la opaca, se pierde capacidad visual. Este trastorno aparece con mayor frecuencia en los ancianos, pero también puede ser congénito y afectar a la persona desde su nacimiento.
A primera vista
"Los padres pueden detectarlo en sus bebés porque la catarata crea una manchita blanca en la pupila. Estos son casos muy delicados porque requieren tratamiento quirúrgico, pero lo ideal es llevar de inmediato al niño donde un especialista para evitar que el problema empeore", dice el médico.
Así como es posible corregir los problemas hereditarios, las enfermedades de la vista pueden curarse si se saben reconocer sus síntomas y se diagnostican a tiempo. Más aún, un tratamiento adecuado puede evitar que una persona llegue a quedarse ciega.
Entre los padecimientos más comunes e inofensivos -pero, no por ello, menos molestos- están la conjuntivitis y los orzuelos.
El primero consiste en una inflamación de la conjuntiva, membrana que cubre la capa blanca externa del ojo (esclerótica); mientras tanto, el orzuelo se desarrolla en el párpado. Ambos surgen por causa de infecciones que pueden contraerse por virus, hongos o alergias.
"La conjuntivitis hace que el ojo se enrojezca y, en ocasiones, puede causar secreción y dolor", detalla Marbis. Una vez que se adquiere la infección, es normal que esta aparezca en forma recurrente cada cierto tiempo; a veces motivada por el surgimiento de un resfriado.
Cuando hay un orzuelo, en el párpado se forma un absceso que tiende a romperse, lo cual genera una pequeña cantidad de pus. También surge un poco de dolor en el borde externo del párpado inflamado.
Resulta difícil prevenir estas enfermedades por su carácter viral, pero aquellas personas que son alérgicas pueden disminuir su incidencia si evitan el contacto con el polvo, el moho, el polen y otros agentes que las afecta.
Cabe recordar que la exposición a ciertos productos químicos y a la luz ultravioleta también puede inflamar la conjuntiva.
Más allá de los males que afectan las estructuras superficiales del ojo, existen enfermedades capaces de causar daños severos a la vista. Entre ellas se encuentran las mencionadas cataratas.
Peligro mayor
Estas producen una pérdida de la visión en forma progresiva y sin dolor. "Alguien puede darse cuenta de que se le está formando una catarata si la luz lo deslumbra y le cuesta ver cuando pasa de la oscuridad a un ambiente iluminado", dice el oftalmólogo.
Este padecimiento suele aparecer con la vejez, pero también puede surgir por causa de golpes, exposición a radiaciones ultravioleta, uso de esteroides, o por trastornos metabólicos, como la diabetes.
Otro mal de graves consecuencias es el glaucoma, lesión del nervio óptico que aparece por causa de un exceso de presión dentro del ojo. Esta enfermedad puede ser aguda, en cuyo caso se manifiesta con síntomas como el dolor, la disminución de la agudeza visual, y la dilatación de la pupila.
Por el contrario, cuando se trata de un cuadro crónico no aparecen síntomas, y esto dificulta su diagnóstico.
"Algunas personas pasan mucho tiempo con un glaucoma y no se dan cuenta, o piensan que solo es un problema de visión y se ponen anteojos que -en realidad- no arreglan el daño. El resultado es que acuden a un especialista cuando ya la enfermedad está muy avanzada, y la pérdida del campo visual es irreversible", advierte Marbis.
Otros trastornos que puede conducir a la ceguera son aquellos que ocurren en la córnea, como el queratocono: una deformidad que debilita la córnea, a tal punto que no bastan los lentes para corregir la visión y es necesario recurrir a un trasplante de córnea. Ciertas infecciones también pueden derivar en úlceras en la córnea, las cuales generan dolor, sensibilidad a la luz y una mayor secreción de lágrimas.
Ante la gran cantidad de peligros que amenazan a los ojos, Marbis insiste en la necesidad de que las personas se sometan a exámenes de la vista con cierta frecuencia y visiten a un especialista en vez de recurrir a "remedios caseros" para curar sus problemas de la vista.
¿Falso o Verdadero?
A continuación se explica el trasfondo de ciertas afirmaciones comunes en torno a los problemas de la vista:
"Frotar los ojos con fuerza puede desprender la retina".
Falso. La retina puede desprenderse por golpes, hemorragias, infecciones o enfermedades que la debilitan, como la diabetes. La única forma de que se desprenda cuando la persona se frota los ojos es que exista alguna predisposición -como las anteriores- para que esto ocurra, o un agujero.
"Leer con poca luz causa una pérdida gradual de la vista".
Falso. Se recomienda leer en un lugar con buena iluminación para mejorar la calidad visual, pero hacer lo contrario no provocará ceguera.
"Permanecer mucho tiempo frente a una computadora puede afectar la vista".
Relativo. Algunos especialistas recomiendan utilizar anteojos con filtro ultravioleta para evitar que la radiación dañe la retina. Sin embargo, el cansancio visual que se percibe ante la computadora suele ser -más bien- un indicador de que hay un trastorno óptico previo y la persona necesita anteojos.
"Las personas con ojos claros son más propensas a padecer enfermedades de la vista".
Falso. Los ojos claros son más sensibles a la luz y por eso se recomienda el uso de gafas oscuras, mas no son más vulnerables a los males.
Fuente: José Marbis, oftalmólogo.