Su bien ganada fama de polémico no es en vano, es más, cuando se lo preguntamos, lo reconoce sin titubear y con cierta satisfacción; sin embargo, tampoco le duele reconocer cuando se equivoca.
A David Faitelson Pulido tiene un estilo de hacer periodismo que no permite medias tintas: o gusta o no gusta, y por sus comentarios se ha granjeado una buena legión de seguidores y también en detractores, principalmente en las redes sociales.
El evidente sobrepeso con el que Faitelson se dio a conocer en la televisión mexicana quedó en el olvido y asegura que fue sin una sola cirugía, fue a puros “huevos”, como él mismo dice.
Prefiere a Pelé que a Maradona, aunque vio jugar a este último en el Mundial de México 86. Quizá el hecho de que cobró $10.000 por una entrevista, tenga algo que ver con su percepción negativa del astro argentino.
A Faitelson lo abordamos sin ninguna pose; eso sí, fue directo y sin pelos en la lengua. Nos atendió, vía telefónica, mientras circulaba por una autopista de Los Ángeles, California.
¿Coincide con quienes lo definen como un periodista polémico?
Sí, disfruto haciendo lo que hago y, si genera polémica lo que digo, mucho mejor. Sí busco la polémica; me gusta la discusión, el debate lo disfruto, es mi manera de hacer el periodismo.
¿Qué le dice a quienes lo ven como un egocéntrico?
Tampoco me preocupa si me catalogan así, me puedo equivocar; tampoco tengo la verdad absoluta. Me respalda mi trayectoria de muchos años en los medios y, si dentro de esa polémica que generan mis comentarios, rayo en lo egocéntrico, entonces, no tengo ningún problema en admitirlo.
¿En su vida cotidiana es tan directo y tajante como en sus comentarios de futbol?
Intento serlo, pero tampoco soy tanto así. Tengo esposa y tres hijas y el debate de seguro me cuesta más en la casa que en el trabajo.
¿De dónde nace su pasión por el deporte y por el futbol en particular?
Desde que tenía 12 años sabía que quería ser periodista deportivo. Lastimosamente, no tuve las aptitudes para hacer deporte competitivo ni tuve las oportunidades. Me gusta mucho el deporte, empecé con el béisbol, pero luego comprendí que en México el futbol es pasión y me involucré demasiado, aunque no soy un especialista en futbol.
Sus críticas al futbol de Concacaf le han valido insultos y enemigos. ¿Qué experiencias ha vivido por esto?
Me parece que, a veces, se exageran las cosas. México pertenece a la Concacaf, he criticado el nivel de juego del área porque debería ser mucho mejor; lastimosamente, no ha crecido y a lo mejor ese tipo de críticas las han tratado de confundir. Mucha gente en Centroamérica cree que, cuando comento del futbol, me estoy metiendo con las raíces, las culturas, idiosincrasia del país y de ninguna manera es así. Critico el futbol. Si, por ejemplo, digo que la selección de Costa Rica no tiene un buen nivel o si la federación de Costa Rica está fallando, no critico al país sino al futbol de Costa Rica nada más. No soy enemigo de ningún país; soy un periodista que da puntos de vista.
Costa Rica, en el 2001, y Jamaica, en esta hexagonal, desnudaron a México en el Azteca. ¿Sigue siendo México tan grande como usted piensa?
Hace poco conversaba con el entrenador de México, José Manuel Chepo de la Torre, y me decía que el periodismo mexicano ha tenido cierta soberbia en la manera en la que ve y califica a los rivales de la Concacaf y puede que tenga razón. México ha tenido un inicio horrible en la hexagonal; la autocrítica es buena, a veces los mexicanos y el periodismo mexicano –en el que me incluyo– prejuzgamos al futbol centroamericano, eso está claro.
A veces, me inunda cierta soberbia al hablar del resto del futbol del área, pero también hay que entender que lo hago porque uno quiere que el futbol crezca, que cambie. México ha ido a 14 mundiales y ¿de qué le ha servido, si nunca ha llegado a una ronda de semifinales? Uno quisiera que el futbol mexicano creciera, pero el nivel del área no se lo permite y eso es lo que más coraje me da.
¿Dónde y cómo vivió el “Aztecazo”?
Estaba detrás del marco de Osvaldo Sánchez, aquel sábado al mediodía, justo donde fue (Hernán) Medford a festejar cerca del punto de tiro de esquina; ahí estaba cubriendo el partido para la televisión del Estado.
Metamos a México en el Mundial de Brasil. ¿A cuáles otros equipos ve adentro? ¿O considera que México no la tiene tan fácil?
México va a estar en el mundial. Como decía el poco célebre presidente de la Concacaf, Jack Warner, “duerman tranquilos, que México va a estar en el mundial”. ¡Por favor! Hay tres boletos y medio en disputa, casi cuatro porque el repechaje es contra Oceanía. ¡Cuatro boletos para la mediocridad de Concacaf! Al Mundial van también Estados Unidos, Honduras y Costa Rica, no se preocupen.
¿Qué es lo más complicado de manejar cuando se está en una cadena internacional, como ESPN?
El cambio de México a ESPN me permitió tener una visión más global y eso uno no lo entiende uno cuando está metido solo en su medio o su país, sus costumbres y lenguajes. Esta cadena me permite llegar a muchas naciones y culturas, y ese cambio fue complicado al principio, porque me rehusaba a entenderlo. Hoy tengo claro que nuestro público es muy amplio, que pese a que hablamos el mismo idioma nos separa la forma de ver el deporte.
¿En qué compromisos lo ha metido su estilo frontal? ¿Ha perdido amigos?
No creo, tengo buenos amigos en muchas partes de Centroamérica. Ahora, las redes sociales permiten una comunicación más directa, que también te expone a que cualquier persona, mediante el Twitter o Facebook y en el anonimato, te digan cualquier cantidad de groserías, pero no tengo problema con eso; perro que ladra no muerde. Espero que, en esta hexagonal, pueda hacer mis giras de trabajo como las he hecho siempre cubriendo a la selección mexicana.
¿Qué es lo mejor y lo peor de cubrir seis mundiales de futbol?
Lo mejor es la experiencia, vivir la competencia, ver a los pueblos cantando, comprobar como el futbol puede cambiar un mundo conmocionado, marcado por guerras y que durante un mes se une por un balón. Lo malo es ver la decepción de la gente cuando su selección fracasa. He visto mexicanos y ticos que van con mucha esperanza a un mundial, hacen un gran esfuerzo económico y, al final, su selección no logra los resultados.
Hábleme acerca de sus papás. Entiendo que siendo muy niño, migraron de Israel a México.
Mi madre es cubana y mi padre era mexicano; se conocieron y casaron en La Habana, pero salieron con la revolución. En ese entonces, en México no los recibieron por el origen de mi madre y, por eso, se fueron a Israel, en donde viví hasta los ocho años, cuando mis papás pudieron irse para México. Mi padre era comerciante en Israel y se dedicaba al campo.
¿Cómo se desintoxica del trabajo?
Con mi familia (está casado desde 17 años y tiene tres hijas de 15, 13 y 10 años). Es difícil pasar los fines de semana con ellas porque, además, la mayor parte de mi tiempo lo dedico a hablar del deporte y del futbol en particular.
En algún momento libró una batalla contra el sobrepeso. ¿Por cual round va?
Siempre he sido un tipo de contextura robusta, principalmente por descuido en la alimentación; siempre he trabajado mucho y era fumador. En los últimos años, me entró el ímpetu por hacer deporte, así que me convertí en un adicto a correr: todos los días corro siete kilómetros.
¿Se ha hecho alguna cirugía para rebajar peso?
¡No, no! El día que lo haga será por una emergencia médica; para bajar de peso no se requiere una cirugía, lo que se requieren son ganas, esfuerzo, huevos y no los que se desayunan todas las mañanas'
¿El jugador más difícil de entrevistar?
Fíjate que no es un jugador, sino un boxeador mexicano que fue campeón mundial de peso welter y que fue primero en México en ganar un millón de dólares. Era muy difícil porque no hablaba nada, solo monosílabos contestaba, uno le preguntaba ¿cómo te sentiste en la pelea? y solo contestaba ¡bien!, y así por el estilo. También Miguel Indurain y Lance Armstrong fueron otros deportistas complicados; Maradona, una vez nos cobró $10.000 por una conversación' ¡Ah! y Ricardo La Volpe es un hombre complicado, que hay que saber llegarle.
¿La peor liga de Concacaf?
Por lo que he visto del nivel y problemas federativos, diría que la de El Salvador.
¿Un dirigente para el olvido?
-¡Uf! Han existido varios, Jack Warner y Chuck Blazer.
Por sus micrófonos han pasado Pelé y Maradona. ¿Cuál es el más grande?
Vi jugar a Maradona y me parece excepcional la forma en que se echó al hombro a Argentina en el Mundial de 1986. De Pelé, vi la parte final de su carrera; me impresiona la manera como se ha mantenido vigente estos años; es un personaje que tiene una imagen muy buena a diferencia de Maradona. Me quedo con Pelé. 1