Aquel 27 de abril del 2010 parecía ser uno de esos días que transcurren sin pena ni gloria.
“Confieso que ese día nos estábamos quejando de que no había ninguna novedad en el vivero, porque, por lo general, las hay. Así estábamos cuando la vimos”, relató Franco Pupulin, investigador del Jardín Botánico Lankester de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Justo ahí, en el vivero del Lankester, una nueva especie de orquídea del tipo lluvia de oro floreció por primera vez.
Franco Pupulin y Diego Bogarín fueron los encargados de describirla y publicaron ayer el resultado de su hallazgo en la revista Orchids, de la Sociedad Norteamericana de Orquídeas.
La nueva especie se llama Oncidium henningjensenii y la planta que sirvió para identificarla proviene de un decomiso realizado por funcionarios del Ministerio de Ambiente (Minaet) durante un operativo que data de julio del 2009.
Ambas instituciones tienen un convenio de cooperación que permite llevar un inventario de las orquídeas que son extraídas ilegalmente de los parques nacionales.
Debido a este convenio, Minaet envía al Lankester aquellas plantas raras para su identificación y cuido. Sin embargo, esta es la primera vez que viene una nueva especie de orquídea en el material que fue decomisado.
Grande y rara. Esta nueva especie pertenece al género Oncidium , el cual registra unas 300 en los trópicos americanos.
En el caso de Oncidium henningjensenii , florece entre abril y mayo en condiciones de vivero.
Por lo general, las lluvias de oro miden 2,5 cm. Esta nueva especie mide 4 cm. Eso la hace la más grande de tres especies de lluvia de oro presentes en América Central, las cuales comparten la característica de tener los llamados pseudobulbos (órgano que almacena agua) aplanados. “Al ser los pseudobulbos aplanados, popularmente se conocen como caite o galleta”, dijo Pupulin.
Aunque Oncidium henningjensenii difiere de sus parientes al tener sépalos y pétalos de color amarillo pálido con manchas marrones en la base. ”El hecho de que tenga tan pocos parientes cercanos ya la hace una especie rara”, destacó.
¿Única? La planta fue decomisada a un “matero” (recolector ilegal de orquídeas) que llevaba un saco de orquídeas al hombro cuando este caminaba por la carretera Interamericana, en el sector del cerro de la Muerte.
“Presumiblemente, la planta fue recolectada en un área cálida y húmeda poco antes de ser confiscada, puesto que aún estaba adherida a un tronco cubierto de musgo y otras orquídeas de la especie Trichocentrum ascendens ”, resaltan los investigadores en el artículo científico.
Por esa razón, Pupulin y Bogarín consideran que esta nueva especie pudo haber sido extraída de las zonas de Dota o Pérez Zeledón, en el lado pacífico de la cordillera de Talamanca.
Con respecto al árbol que le sirve de soporte a la orquídea, no se tiene mayor información. “Era un trozo de madera que venía sin hojas ni raíces”, dijo Pupulin. Esto dificulta la identificación del tipo de árbol asociado a esta lluvia de oro.
”Es interesante cómo una orquídea tan vistosa haya pasado inadvertida porque los ticos son muy fiebres de las orquídeas; estas son parte de su herencia cultural”, comentó el investigador.