1858 - 1930
Las importantes investigaciones que realizó Eijkman lo llevaron a ser el primero en comprobar las enfermedades que puede acarrear al organismo humano una dieta mal equilibrada, deficiente o carente de alguna sustancia vital. Sus observaciones condujeron a establecer la forma de curar el beriberi, y por ello fue galardonado con el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1929; compartió el reconocimiento con su colega británico sir Frederick Hopkins, quien había enrumbado sus trabajos en el mismo sentido.
Nació en Nykerk. Como oficial médico del ejército viajó a las Indias Orientales Holandesas en 1880; regresó a ellas seis años más tarde integrando la comisión enviada por el gobierno de Holanda para investigar la naturaleza del beriberi, por entonces una enfermedad epidémica extendida en varios países asiáticos como Japón, China meridional, las islas Filipinas, y la India. Cuando Eijkman inició sus investigaciones en Java, se creía que el mal era producido por una infección. No obstante, el médico dudó de tal afirmación al observar que algunas aves del laboratorio presentaban síntomas semejantes a las características de las víctimas humanas del beriberi, y tomó la decisión de profundizar en el tema. Así logró determinar que las aves enfermas recibían una alimentación procedente de los restos del arroz descascarillado de la cocina del hospital militar, y que cuando el cocinero decidió utilizar un arroz menos refinado, las aves recuperaron rápidamente el estado normal. Tales observaciones lo llevaron a encontrar no solo el origen del beriberi sino también la forma de curarlo; y al descubrimiento de la sustancia -la vitamina B- capaz de producir la diferencia. Su labor dio paso al posterior reconocimiento de otras enfermedades provocadas por deficiencia proteínica o vitamínica, y fue continuada por Hopkins a partir de 1900. La purificación y síntesis de la vitamina B se debió a R. Williams, quien logró aislar el compuesto en 1901. Eijkman falleció en Utrech.