Imre Nagy nació en Kaposvar. Formado ideológicamente en Moscú, al concluir la Segunda Guerra Mundial (en la que Hungría peleó al lado de Alemania) y tras la proclamación de la República, fue nombrado Ministro de agricultura del primer gobierno comunista; como tal, introdujo reformas que beneficiaron a las masas campesinas y favorecieron la producción.
Ascendido al cargo de Primer ministro en 1953, puso en marcha el llamado Nuevo Curso , con reformas económicas facilitadoras de la liberación política. No obstante, por presión del dirigente Rakosi, quien controlaba al partido, fue forzado a dimitir, pero, en medio de las convulsiones que sacudieron la cúpula del comunismo en Moscú después de la muerte de Stalin, cayó Rakosi en 1956 y Nagy fue nuevamente primer ministro. Ese mismo año, Budapest fue sacudida por una serie de movimientos de protesta que degeneró en una revolución popular, y el nuevo secretario del partido comunista húngaro, Erno Gero, solicitó la ayuda de la Unión Soviética para aplastar el alzamiento. Las fuerzas soviéticas, con 200.000 efectivos y 2.500 tanques y carros blindados, impusieron el orden comunista. Las víctimas de la acción se han calculado entre 6.000 y 32.000.
Fueron vanos todos los intentos de Nagy por mantener la neutralidad de Hungría, conseguir la ayuda de las Naciones Unidas, e impedir la entrega del gobierno a las fuerzas soviéticas.
Acusado de ser instigador del movimiento revolucionario, fue expulsado del partido y del Gobierno, juzgado en secreto y, junto con cuatro dirigentes, fue ejecutado en Budapest. Tuvo el valor de no admitir culpabilidad alguna.
Cuando en 1989 se desmoronó el bloque comunista y Hungría retornó a los valores de la democracia occidental, la figura de Imre Nagy fue rehabilitada.