Nació en Esparza. Fue gobernador de Puntarenas, diputado constituyente, agente financiero de Costa Rica en Londres y Secretario de Estado en diversas carteras durante los gobiernos que tuvo el país en la "era Guardia". Casado con una hija de don Tomás, este lo nombró Primero entre los siete Designados a la Presidencia; y cuando se supo gravemente enfermo, lo llamó a ejercer el mando como Presidente Provisorio. A la muerte de Guardia, legalmente debió ejercer la Presidencia por los pocos días que le restaban a la administración.
Durante su mandato a pesar de que tenía tantas facultades dictatoriales como su antecesor se limitó a firmar decretos ordenando cambios en algunos mandos militares, concedió tierras a las municipalidades de San José, Alajuela y Heredia en las llanuras de Santa Clara, y otorgó permiso para el establecimiento del alumbrado de gas en la capital.
Don Próspero Fernández, vencedor en los comicios efectuados tres días después del fallecimiento de Guardia, temiendo que Lizano se "engolosinase" con el poder, le pidió (o le exigió) que abandonara el cargo. El señor Sáenz Carbonell dice: "¿Y qué justificación se va a dar a la opinión pública sobre el retiro del Presidente? ¿Cómo se les va a explicar a los costarricenses que don Saturnino deje de gobernar a los quince días de hacerlo y cuando ya solo le faltan tres semanas de administración?... Para poner fin al "Lizanato", se va a utilizar la excusa más peregrina de la historia nacional: la necesidad de que el primer mandatario vaya a cuidar de su suegra, tarea incompatible con el ejercicio del mando supremo". El decreto correspondiente especifica que el señor Lizano se separa del mando debido a que deberes de familia lo llaman a atender a la madre de su esposa, sumida en el dolor por la muerte del general Guardia.
Don Saturnino falleció en San José. La Gaceta consignó: "Modesto por su ingénita sencillez, bondadoso y afable en todos los momentos de su existencia, alejado por temperamento de ruidos y vanidades, trabajador incansable y probo, su vida fue siempre la de un hombre de bien..."