1905 - 1986. Bailarín y coreógrafo ruso, de gran influencia en el ballet moderno. Poseedor de un estilo muy personal, valoró la danza como arte independiente, ajeno a cualquier función meramente ilustrativa . Esta limitación según sus propias palabras "no todo se puede ni se debe danzar" supone la liberación de toda servidumbre respecto a otras artes. Su personalidad estuvo a menudo sujeta a controversia; su duelo con el también bailarín y coreógrafo, el marqués de Cuevas, tuvo resonancia internacional.
"Quizá nadie como Lifar ha entendido la danza desde un punto de vista a la vez tan independiente y absoluto; para él, la música y la plástica pasan a segundo término. Tampoco admite los intermedios a base de mímica, ni preludios e interludios musicales de cierta envergadura, ni que el baile ceda en favor del juego escénico. A su vez, la danza no tiene que corresponder al ritmo exacto de la música", dice de él el musicólogo español José Cercós.
Nació en Kíev. Se formó artísticamente en el Colegio Imperial de esa ciudad, en el Conservatorio Nacional de Música y en la sección de Danza del Estudio Central del Estado Soviético. Cuando tenía 18 se presentó en París; Diaguilev, que tuvo ocasión de verlo, lo contrató inmediatamente como primer bailarín de su prestigiosa compañía, con la que realizó importantes giras.
Discípulo de Cecchetti, en 1929 realizó la coreografía de Renard con música de Stravinski , y ese mismo año sustituyó a Balanchin como coreógrafo de la Ópera de París; desempeñó esta labor hasta 1944. En esta etapa de su vida artística creó las coreografías de Las criaturas de Prometeo, La siesta de un fauno, Bacchus et Arianne, Salade, Ícaro (su obra maestra de acuerdo con las ideas que expuso en su Manifiesto del coreógrafo ), La vida de Polichinela, El rey desnudo, David triunfante, Alejandro el Grande , y su primer ballet sin argumento, Suite en blanc , con música de Lalo.
Durante la segunda guerra mundial trabajó para la Radio Soviética en el arreglo y orquestación de gran cantidad de cantos populares y patrióticos. Se lo criticó duramente por su técnica antipopular y formalista, producto de la "ideología nacionalista burguesa"; como esas censuras provenían de Stalin, fue rehabilitado tras la muerte del dictador.
De 1945 a 1947 fue director artístico del Nuevo Ballet de Montecarlo. En 1948 volvió a la Ópera de París como maestro. En 1958 se retiró de los escenarios. Falleció en Lausana. Publicó Tratado de la danza académica, La danza, Historia del ballet ruso y el Tratado de coreografía. Uno de sus biógrafos anota: "... sus innovaciones coreográficas fueron moderadas, tendentes a atenuar la rígida exigencia de verticalidad para el bailarín..."