El nombre Dadá se tomó de un diccionario abierto al azar, s egún procedimiento de elección que continuó caracterizando al grupo. El propio Tzara definió así el movimiento: "Protesta con los puños de nuestro ser; Dadá. Abolición de la lógica, danza de los impotentes para crear: Dadá. Chillidos de los colores crispados, entrelazamiento de las contradicciones grotescas y de las inconsecuencias: La Vida". La mayor parte de las figuras que lo integraron o se unieron a él, lo tomaron a broma; e sto hace más incongruente la fatua seriedad con que los críticos, posteriormente, han estudiado y valorado el movimiento.
Nació en Motnesti, Rumania, en familia judía. Realizó la primera materialización literaria de los presupuestos Dadá en 1916, con la colección de poemas La primera aventura celeste del señor Antipirina, que fue seguida por Veinticinco poemas; vinieron luego algunas formulaciones teóricas publicadas en la revista Dadá, y el Primer Manifiesto Dadá que vio la luz en París, en 1918.
Instalado en la capital francesa, Tzara se relacionó con Bretón, Aragón, Soupault y Eluard, el grupo de la revista Literatura que poco después protagonizaría otro movimiento de vanguardia, el surrealismo, al que se negó a adherirse para continuar fiel al dadaísmo. En 1936 se afilió al partido comunista y durante la segunda guerra participó en la Resistencia Francesa.
Tras esta experiencia y dueño ya de un universo poético autónomo y personal, su producción adquirió un cariz más intimista y reflexivo, se humanizó, aunque conservando siempre la espontaneidad y arbitrariedad en el empleo de las palabras. En lugar de centrarse sobre la sociedad, lo hizo sobre el hombre acosado, y su lírica adquirió acentos casi cristianos. Así La huida, El rostro interior y La rosa y el perro. Después de haber pasado por la experiencia de ser calificado como "poeta maldito" (acusado de fascista y encerrado en un manicomio), en 1961 aceptó el premio de poesía Etna-Taormina. Falleció en París.