Por Vanessa Antúnez
Lima, 2 oct (EFE).- Dina Paucar, una ex empleada del hogar que emigró hace 23 años a Lima desde la sierra pobre de Perú, se ha convertido en uno de los máximos exponentes de folclore nacional y ha demostrado ser capaz de reunir en sus conciertos a más de 15.000 personas y de vender medio millón de copias de sus discos.
Páucar, con 34 años y 11 de trayectoria artística, ofrece en los barrios más populares de Lima hasta cuatro conciertos diarios, ataviada con una vestimenta que ella misma diseña y que reivindica las tradiciones andinas.
Además, la exitosa cantante de folclore andino ha sido la inspiración de la exitosa serie televisiva: "Dina Páucar, la lucha por un sueño".
La artista, que nació en la localidad de Tingo María, a unos 400 kilómetros de Lima y que vivió en la sierra central del país, cuna del género musical "huayno" con arpa, migró de niña a la capital sin tener un lugar fijo donde vivir, por lo que pasó muchas penurias e incluso tuvo que dormir a la intemperie, en el Parque Universitario de Lima.
Paucar dijo a EFE que para sobrevivir vendió "de todo, pollo, pescado, emolientes" y que luego probó suerte como empleada doméstica en varios distritos de la capital.
La exitosa cantante, que tenía una afición a la música heredada de sus padres -su madre cantaba y su padre tocaba el arpa- y que a veces iba a los locales en los que se escuchaba grupos de folclore, se aventuró un día a cantar.
"Estaba en un local al norte de Lima que no tenía mucha gente y el dueño me dijo: si cantas mal te bajo. Subí al escenario toda tímida, temblando. Y como tenía miedo que me baje, canté sólo dos piezas", detalla la "Voz Divina", apodo con el que se la conoce en los barrios populares.
La cantautora, que ya no tiene miedo de que la abucheen, dice que "cada vez que está "arriba" tiene "unas burbujitas en el corazón", pero que se siente "siempre bien porque el público es maravilloso" con ella.
"Soy feliz, puedo decir que soy profeta en mi tierra. La gente me quiere, tal vez por mi carisma, y sin ellos no hubiese logrado muchos de mis objetivos", sostiene.
Sobre la creciente aceptación de la música folclórica en todos los estratos sociales, el sociólogo Aldo Panfichi explica que "lo cholo (el mestizaje) está cada vez más legitimado. Mientras a mediados del siglo XX el folclore era considerado marginal, ahora desborda los sectores sociales".
"Dina es la primera ruptura evidente del alcance pluriclasista y es una afirmación positiva de nuestra nacionalidad. La visión positiva de nuestras raíces andinas ahora aparecen más en el ámbito público", añade.
"Ella ha sufrido bastante","yo la conocí cuando vendía emolientes", "se ha ganado nuestro orgullo porque canta humildemente", "es un modelo de lucha para la juventud", dicen algunos de los admiradores de Dina.
Pero una sencilla Dina Páucar no se siente un modelo a seguir cuando afirma que "no soy ejemplo para nadie porque también he cometido errores".
Panfichi comenta que uno de los aciertos de Dina es haber sabido promocionarse mediante la publicidad y el "mercadeo" hasta convertirse en "la afirmación de lo local en un contexto global, ya que no se necesita salir al extranjero para triunfar".
Al respecto, Santiago Alfaro, sociólogo que realiza su tesis sobre el auge del folclore en el Perú, sostiene que Dina es "la imagen más visible de una industria que se está consolidando cada vez más".
Cuando Dina interpreta "Qué bonitos son tus ojos", el tema que cuatro años atrás la hizo popular, entre el mar de gente destacan llamativas cintas y guantes con su nombre impreso, además de cuadros y pancartas que dibujan el rostro alegre y rosado de la "Diosa Hermosa" que ellos aman. EFE
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