La reforma constitucional para establecer que la República de Costa Rica sea un Estado laico acumula cada día, cada semana, un poco más de polvo en el archivo de la Asamblea Legislativa.
La iniciativa la presentó el 27 de junio de 2012 la diputada María Eugenia Venegas (PAC) y como reforma constitucional que es, no ha dado ni el primer paso en el trámite de un proyecto de ley de su categoría.
En la actualidad y desde la primera constitución (1821), la religión católica, apostólica y romana es la del Estado costarricense.
La iniciativa plantea reformar el artículo 75 de la Constitución Política, que establece la confesión católica, apostólica y romana del Estado. En su lugar, plantea que Costa Rica sea “neutral en materia religiosa” y que garantice la libertad de conciencia y de religión.
El proyecto, que plantea la modificación de más de 200 años de constituciones –desde la de Cádiz, de 1812–, no ha podido superar el desinterés de los diputados que, como dijo Rodolfo Sotomayor, jefe del partido Unidad, tienen “proyectos más importantes en agenda”.
Juan Carlos Mendoza, del Partido Acción Ciudadana (PAC), firmó el proyecto. Él explicó que el nulo avance se debe a la traba para discutir otros temas, como la reforma para declarar como derecho constitucional el acceso al agua.
El libertario Danilo Cubero también puso su firma para el proyecto, pero aceptó que no es un proyecto de su interés. Cubero además es católico practicante, pero cree que un Estado confesional no corresponde a la situación actual.
“El proyecto no ha avanzado como parte del pacto del PLN con Justo Orozco (de Renovación Costarricense) y el PASE”, dijo José María Villalta, del Frente Amplio. Este diputado opina que Costa Rica no será democracia mientras que se mantenga una religión oficial.