EscucharLeer debería ser un deporte y no una sesión de trabajo forzado. Los estudiantes de secundaria pueden aprender a disfrutar la lectura de cualquier texto sin sufrimiento ni tedio.
Evelyn Ugalde explica cómo conseguirlo en Cien estrategias de animación a la lectura para secundaria , libro dirigido especialmente a profesores y padres de familia. Ofrecemos aquí diez de esos consejos, que pueden ser tomados por los mismos estudiantes.
Inventar exageraciones. El profesor pide a los estudiantes que inventen hipérboles; por ejemplo: “ayer fui a la Luna y jugué mejenga”. Los grandes libros de aventuras, ciencia ficción y fantasía nacieron de grandes mentiras.
¿Qué pasaría si...? Cada estudiante escribe una redacción que responde a una pregunta en especial. Algunos ejemplos: ¿qué pasaría si llega el hombre a colonizar Marte, si mi mamá llega a ser presidenta de Costa Rica, si desaparece la Internet, etc.?
Hacer poesías visuales. El estudiante lleva a la clase un collage , un afiche o un dibujo realizado por él, que represente una poesía que acaba de leer. Explica a la clase por qué decidió representar los versos de esa manera. Por ejemplo, luego de leer Las flores del mal, ¿cómo se representarían esos poemas?
Uso de redes sociales. Se deja de tarea a los alumnos escribir en sus redes sociales (como Facebook o Twitter) sobre el libro que está leyendo. El alumno puede realizar preguntas curiosas a sus amigos. Algunos ejemplos: entre don Quijote y Sancho Panza, ¿cuál diría usted que está más loco?, ¿qué piensa de que leamos solo la primera parte del Quijote ?, ¿cuál de las aventuras del Quijote recuerda más?; si don Quijote llegara a Costa Rica, ¿qué aventura le sucedería? Luego, al llegar a la clase, el estudiante habla con los compañeros y el profesor sobre los comentarios.
Libros curiosos. Esta actividad consiste en incitar a los jóvenes a investigar sobre el libro más viejo, el más caro, el más vendido, el más pequeño, el más grande, el más famoso y otros datos curiosos sobre la cultura literaria.
Telegramas. Para realizar este ejercicio, debe reducirse un texto lo más posible. Se lee el texto original, un tanto largo, que debe contener muchos datos y adornos. Se solicita a los estudiantes que cada uno, en su cuaderno, intente acortarlo lo más posible, ya que cada letra les va a costar mil colones. Al final, se define a quién le fue mejor.
Personaje incógnito. La profesora escribe en papeles el nombre de personajes de la historia o novela que recién terminan de leer en clase, y los entrega a seis alumnos. Los demás no saben de qué personajes se trata.
Luego, los seis pasan al frente del aula, uno a uno. Sus compañeros le hacen preguntas que el alumno solo debe responder con “sí” o “no”. Los demás deben adivinar cuál personaje es.
Adivinar el personaje. Un estudiante sale de la clase, y los que quedan dentro escogen alguno de los personajes de la novela que acaban de leer. Luego dejan entrar al participante y, cuando él les pregunte qué cualidades tiene el personaje, los alumnos solo le pueden responder con adjetivos hasta que él logre adivinar.
Un cuento en el diario. Cada alumno lee un periódico completo y elige una noticia que pueda ser convertida en cuento. Posteriormente, expone la narración que creó a sus compañeros.
El futuro del libro. Cada estudiante se imagina cómo sería una vida sin libros. El estudiante escribe una redacción sobre el tema y la comparte con sus compañeros. Además, investiga en Internet sobre los e-book , los libros nacidos de un blog , los cuentos escritos en Twitter, la hiperliteratura y otros temas relacionados con las nuevas formas de la literatura.
Para más información sobre ‘Cien estrategias de animación a la lectura para secundaria’ puede dirigirse al correo eveuga@hotmail.com o visitar el sitio web www.clubdelibros.com
