Hace 30 años, el disco compacto o CD llegó a destronar los elepés (LP) y casetes. Tres décadas después, esta invención de las empresas Sony y Philips sobrevive, aunque amenazado por nuevos formatos.
Sin embargo, eso no le resta mérito al pequeño disco que llegó al mercado el 1.° de octubre de 1982, tras la venta en Japón del primer reproductor comercial de discos compactos, llamado CDP-101, un aparato que costaba unos 1.680 euros y pesaba 7,6 kilos.
El lanzamiento del dispositivo estuvo acompañado de la publicación de 50 títulos en disco compacto de todo tipo de música por parte de CBS/Sony y Epic/Sony, desde Mozart o Beethoven hasta Simon & Garfunkel, Julio Iglesias o Billy Joel.
El CD tuvo tal éxito, que para finales de 1984 Sony ya había lanzado el primer reproductor portátil de CD: el discman , mientras en 1986 la producción anual de discos compactos alcanzaba los 45 millones de unidades, muy por encima de los discos de vinilo.
En 1988 se fabricaban unos 100 millones de unidades anuales, y para 1992 la cifra había ascendido a 300 millones, aproximadamente.
En el año 2007, 25 años después del nacimiento del disco compacto, se habían vendido ya más de 200.000 millones de CD en todo el mundo, pese a que ya entonces la creciente popularidad de otros formatos le estaba ganando terreno.
En la actualidad, el uso cada vez más frecuente de soportes más pequeños que permiten almacenar descargas, se refleja en la producción de países como Japón, que en el 2011 fabricó algo más de 196 millones de discos, frente a los casi 330 millones de hace 10 años.