Cuando las cosas andan mal hay dos caminos: quedarse de brazos cruzados pensando que papá Estado resolverá todo, o amarrarse los pantalones y las enaguas o lo que le guste usar, tomar el toro por los cuernos o por donde se deje y hacer algo para que el asunto cambie.
Cristo Rey optó por lo segundo. Y no le fue sencillo. El barrio josefino y casi centenario del distrito Hospital, está a merced de los bunkers ( sitios donde se consume y trafica droga), de los delincuentes, de los adictos, la prostitución y el desempleo.
También es pan de todos los días la desprotección. Por ejemplo, don Adán, que es todo un abuelo, no habita en el paraíso sino en una construcción de latas y maderas viejas, con un baño sin techo. Tiene como compañero a un perro color canela que alimenta con huesos creyendo que es carne pura, y siembra maíz en un terreno donde solo florecen piedras y escombros. Pronto don Adán, don Juan, y otros dos adultos mayores, perderán su casa porque no pueden pagar los ¢2 millones de la hipoteca del terreno.
Pues una buena parte de los habitantes de Cristo Rey se cansaron de este tipo de situaciones y se organizaron. Asesorados y capacitados por la Fundación Promotora de la Vivienda (Fuprovi) tendieron una red comunitaria con la cual crearon una Comisión de Seguridad Ciudadana y un programa de padrinos y madrinas, y el grupo Asistentes Domiciliarios de Barrio Cristo Rey para ayudar a los adultos mayores, como don Adán.
Una mano para los abuelos
Los adultos mayores que viven en la calle solos, o que aunque con familia están descuidados, tienen una mano amiga que trabaja en dos direcciones.
Por un lado el programa de padrinos o madrinas, es decir, una persona competente, joven o adulta, "adopta" a uno de estos abuelos. Van 20 minutos al día a verlos, los bañan, les dan de comer, conversan con ellos y los visten con ropas que otro vecino regala y que otras señoras costureras de buen corazón remiendan o ajustan.
Hay vecinos de Cristo Rey que hasta se han llevado a uno de estos adultos mayores a sus casas.
Por otra parte está el programa de Asistentes Domiciliarios del Barrio integrado por 27 personas y que velan actualmente por 23 adultos mayores. Son vecinos que sacan una ración más de su comida para compartirla con los abuelos, que los van a visitar, que les dan medicamentos, los llevan al hospital, se encargan de hacerles los trámites en el hospital Blanco Cervantes, en las clínicas o en la Caja Costarricense del Seguro Social.
Don Otoniel, es un ejemplo. Un día cualquiera su salud colapsó y fueron los vecinos quienes lo socorrieron. Ahí estuvo a su lado Mayela Valverde que sin ser familiar lo acompañó en la ambulancia y lo cuidó hasta que don Otoniel se recuperó.
"Lo hacemos por amor", dice don Blas Rodríguez quien en broma asegura que él es el carpintero, ingeniero y mandadero de los "viejitos".
"Lo que nos motiva es que ellos sepan que hay gente que los quiere. Es como una forma que tenemos de hacer el bien también para nosotros mismos", confiesa Mayela Valverde quien también junto a Julia Atencio, madres ambas, se las ingenian para sacar un tiempo y cocinarle a los abuelos.
Julia, por ejemplo, ha roto lo que ella misma creía que eran barreras. "Vea yo no sé leer ni escribir y aún así me atrevo a ir al Seguro porque yo soy la encargada de ir a hacerle los trámites a los viejitos para sus pensiones o para que los atiendan", cuenta ella.
El programa de Asistentes que atiende a los adultos mayores está dando buenos frutos. De otras comunidades como Pavas o San Rafael de Desamparados, están buscando consejo en los vecinos de Cristo Rey para operar de manera similar. Así lo comentó Marita Madrigal una de las integrantes del proyecto y líder natural de Cristo Rey.
"Nosotros soñamos con ponernos un refugio para nuestros adultos mayores, para que tengan donde vivir y donde ser cuidados", dijo Marita.
El de los vecinos de Cristo Rey no es un trabajo de caridad, es su forma de construir una ciudadanía más digna.
"Mientras tengamos fuerzas, a Dios y a nuestro corazón lleno de amor vamos a seguir trabajando por los adultos mayores y por el barrio", aseguró Marita.
Territorio seguro
Junto a la Policía Municipal los vecinos de Cristo Rey armaron su Comisión de Seguridad Ciudadana, que además se ha extendido a los barrios Cuba, Carit, Corazón de Jesús y Los Ángeles que completan el distrito Hospital. Un aproximado de 90 personas trabajan activamente en esta dependencia comunal.
Con la Comisión de Seguridad los vecinos también se han propuesto colocar reductores de velocidad en las zonas escolares, semáforos, mejorar el alumbrado público y hasta alertar a las autoridades sobre delincuentes, hechos ilícitos y sospechosos en la zona. Crearon un sistema de boletas anónimas de denuncia para entregarlas a la policía municipal sin correr el riesgo de que en represalia sus casas sean apedreadas, o ellos mismos y sus familiares dañados.
"Antes no había voluntad para esto, ahora tenemos un plan anual de acciones y nos estamos garantizando una vida mejor", confesó Manuel Chavarría vecino de Cristo Rey y miembro de la Comisión de Seguridad Ciudadana de ese barrio.
En nombre de esta comisión, los vecinos han organizado campañas para limpiar casas y lotes abandonados generalmente refugio para delincuentes, han eliminado botadores de basura, realizan con frecuencia limpiezas en el barrio que se convierten también en una forma de comunión vecinal. Ese día cierran una calle y los niños tienen una tarde de juegos tradicionales, y señoras de todos los barrios colocan puestos de comida.
También apoyan un proyecto para que en el Liceo del Sur y en la Escuela República de Nicaragua se cree un centro de acopio de materiales reciclables para generar recursos económicos para estos dos lugares de enseñanza.
"Nos hemos propuesto que en un año o dos transformaremos nuestra comunidad para que existan microempresas familiares, para rescatar las casas antiguas, para que nuestras aceras estén mejor, para que los jóvenes tengan empleo, para ser otro Cristo Rey", concluyó Manuel Chavarría.
Los que ayudan
La Fundación Promotora de Vivienda (Fuprovi). Esta organización puede asesorar a su comunidad para implementar proyectos similares a los del barrio Cristo Rey.
247-0044
280-0139
Si desea tender una mano a los abuelos de Cristo Rey puede llamar a Marita Madrigal.
226-5317