Que si Daddy Yankee no canta en vivo tan bien como en sus discos, que si el boricua no llena estadios o que si el reggaetonero más famoso es parte de una moda... Eso, sencillamente, es lo de menos.
Para verdades, los hechos: este puertorriqueño se echó al bolsillo de sus anchos pantalones a los miles de ticos que colmaron en buena parte el estadio Ricardo Saprissa, la noche del jueves, en su primera presentación en Costa Rica.
No quedó cuerpo sin sacudirse durante el espectáculo de este artista, que se extendió por más de una hora y media.
Aunque el Saprissa no estuvo al tope de su capacidad (se estima que llegaron poco más de 18.000 personas), los seguidores de El Cangri duplicaron sus gargantas con ensordecedores gritos, que probablemente se escucharon a decenas y decenas de cuadras del estadio.
Minutos antes de la presentación del boricua, los nacionales de Lilly O'Bang y Tapón se ganaron los aplausos, coros y vítores de los presentes, en especial el segundo.
Realmente impresionó cuánto siguen y admiran los ticos a Tapón. No hubo canción de este connacional que no fuera cantada: Feeling, Mira cómo baila, Báilame y Creada a mi manera , entre otros.
En el caso de la oriunda de Naranjo, vale la pena subrayar su aplomo y, ante todo, su buena calidad vocal. La gente la premió con bondad.
Plato fuerte. Cuando las manecillas del reloj marcaban las 9:16 p. m., las luces del estadio se apagaron, las inmensas pantallas colocadas en el escenario comenzaron a transmitir imágenes de Daddy Yankee y, en una explosión de luces y pirotecnia, El Cangri (el rey) hizo honor a su sobrenombre.
Sentado en un trono dorado y ataviado con ropa floja y su característico blin-blin (joyas de gran vistosidad), el portorriqueño Daddy Yankee hizo su aparición acompañado por un colorido juego de luces y música de fondo.
La gritería se apoderó de cada rincón del Ricardo Saprissa; no quedó garganta con galillo, especialmente de las jovencitas.
Con un séquito de 10 bailarines, el boricua comenzó el show con el tema King Daddy , de su disco Barrio fino (2004), a los que siguieron Dele caliente, Machete, Saludos, Yo yo voy, Tu príncipe, Mírame, Bailando, Mayor que yo, Lo que pasó, pasó, Rompe y La gasolina , entre otras canciones.
Los miles de frenéticos seguidores de Daddy Yankee cantaron todos los temas, al tiempo que alternaban adjetivos y frases como ¡rico! y ¡te amo, Daddy! A tal punto llegó el furor de una de ellas que, sin pensarlo mucho, le lanzó un brassier .
El artista, quien no deja de prodigar su orgullo por sus raíces humildes, se aprovechó de la locura mundialista de los ticos cuando, en un tiro de gracia, sacó una camiseta de la Sele y sus dos coristas hicieron lo mismo con dos banderas tricolores. Se ganaron a la gente.
Con un "Oé, oé, oé, oeeé," el puertorriqueño arrancó aplausos y vítores de la multitud, que también se puso "la roja" cuando, una hora antes, Tapón encendió el orgullo nacional con el tema dedicado a la Selección Mayor.
Hay varias cosas que este reggaetonero demostró durante su concierto: Daddy Yankee canta bien, mueve masas y tiene carisma, puesto que la gente agradeció que este artista se tomara el tiempo para conversar con el público de buena manera, respetuoso y conectado con el flow mundialista.
Al final, la gente salió contenta y con ganas de seguir perreando (bailando) con o sin gasolina. Otras, aguardaron combustible para la mañana siguiente, la del partido.