EL TURNO LE TOCA A Tarzán. Tradicionalmente, el arte de los dibujos animados invade el mundo de la literatura para recrear universos en trazos seductores. Ahora le corresponde al escritor Edgar Rice Burroughs (1875-1950), creador del personaje de Tarzán.
Nuevamente, los estudios Disney son los artífices de la aventura, con esa audacia que los ha caracterizado desde el primer largometraje del género, con la firma emblemática de Walt Disney, allá en 1937: Blancanieves y los siete enanos.
Tarzán, la película que ahora nos llega dirigida por Chris Buck y Kevin Lima, es prueba irrefutable del afán pionero que todavía mantiene la escudería Disney. Eso sí, esta vez se ha preferido el retorno a un estilo más infantil en la narración (aunque no tanto en la dinámica total del dibujo), especie de ruptura con títulos hechos para atrapar también a los adultos (como El rey león, El jorobado de Notre Dame y la más reciente Mulán).
Ese afán ha simplificado bastante la conocida historia de Tarzán y ha hecho menos compleja su caracterización como personaje central. Igual sucede con algunos personajes secundarios, como Jane, la chica necesaria en la vida del hombre mono.
Esta adaptación "más" infantil se nota no solo en el argumento (guión) del largometraje, sino también en los trazos que perfilan a Tarzán: prácticamente es un héroe sin matices expresivos. También se simplifica la relación del hombre con la Naturaleza en un medio (hábitat) que le es totalmente ajeno: el mundo de los gorilas que lo recogen y lo crían (lo llaman Tarzán) luego de la muerte de los padres humanos en la selva.
Esos gorilas que definen la suerte de Tarzán son Kerchak, el protector severo de la manada, y Kala, la encantadora gorila que ha perdido a su cachorro en las garras de Sabor, el leopardo. Curiosamente, tal vez sean esos gorilas los personajes mejor retratados en la película porque desarrollan alguna complejidad en sus conductas.
La jungla vive
En todo caso, Tarzán demuestra que Ðen dibujos animadosÐ solo es creíble los que se expresa de manera increíble y, así, se estructura bien como cuento infantil. Por esta ruta, la película resulta muy bien aceptada por los chamacos. O sea: la factoría Disney cumple su objetivo.
En ese afán hay que sumar la contribución de la música pegajosa de Phil Collins, el humor oportuno y el uso de adelantos tecnológicos para dar profundidad a la jungla, con agilidad en los movimientos selváticos.
En fin, Tarzán contribuye con cierta ingenuidad (y con su mercadeo) a la nueva efervescencia de los dibujos animados, que resurgen a partir del insospechado éxito "disneyano" que fue La sirenita, en 1989.
Para los estudios Disney, Tarzán evidencia un oficio convertido en tradición, sin miedo a reiventarse. Este es su largometraje número 37 en dibujos animados; filme que rehúye de antemano cualquier crítica ideológica o sociológica, cualquier polémica, y Ðcon cierto descaroÐ plantea una historia de raza blanca en un continente que respira otro color de piel.
Cómo, dónde, cuándo
Tarzán se exhibe en los cines Magaly, Capri, Omni, Colonial, Cinemark, San Pedro, Cariari, Internacional, Plaza Mayor.
Valor de la entrada : De ¢700 a ¢1.200, según la sala (pensionados pagan la mitad).
Inicio: Mañana.
Horario : Funciones regulares.