Benjamín Mayorga está repleto de felicidad con la camisa rojiamarilla que cubre su piel indígena.
Vive uno de los mejores momentos de sus 13 temporadas en la Primera División. Alcanzó la titularidad en el mediocampo florense y el domingo anterior adornó su brazo con la banda de capitán.
Herediano, su nuevo equipo, está en la cima del torneo y hoy expondrá su condición en el reducto que fue mudo testigo de las risas y lágrimas de Mayorga en su transitar por las tiendas moradas.
-¿Cómo enfrenta el compromiso de mañana ante Saprissa?
-Presiento que el estadio va a estar a reventar. Visualizo que los aficionados morados me darán un gran aplauso y cantarán a coro: Indio, Indio, Indio. Yo merecía una despedida y los directivos no me la dieron.
-¿Tiene algún resentimiento con Saprissa?
-No resiento nada. Mi lucha en Herediano fue probarme a mí mismo que tengo condiciones para triunfar donde quiero. En esto lo que vale es la actitud del jugador y las ganas y el deseo de triunfar. Por eso lucho en Herediano.
-¿Volvería al equipo morado?
-Si me ponen mucha plata, sí podría volver. En este momento soy profesional del futbol y el que quiera tenerme deberá pagarme lo que valgo. Se lo digo con humildad.
-¿Cómo vive este momento?
-Lo disfruto porque el resto de mis compañeros del Herediano lo viven en forma intensa. El equipo anota y juega al espectáculo. Estamos felices.
-Después de un inicio tambaleante, llegó la consolidación.
-Necesitaba conocer a mis compañeros, porque estuve durante 14 años con los mismos jugadores. Empecé a conocer lo que les gustaba comer. Poco a poco me aprendí su menú. Ahora entiendo cómo debo proyectar el balón a los laterales, cómo Allan Oviedo se mueve en el espacio y cómo Paulo Wanchope baja y abre espacios.
-¿Cuáles son las razones de su retorno a los primeros planos del futbol costarricense?
-(Sonríe). Por ser muy detallista, me quedo media hora más en cada entrenamiento perfeccionando algunas cosas. En forma individual, visito todas las tardes un gimnasio, tengo un masajista y una nutricionista particular. Duermo y como muy bien. Todo eso es fundamental.
-¿En qué se fundamenta el buen accionar del Herediano?
-En la actitud positiva de los jugadores. Aquí nos deben dos meses de salario y nadie ha bajado la cabeza. Entrenamos, jugamos y metemos pata aunque no nos paguen. Le digo al aficionado que si quiere ver buen futbol, que venga a observar al Herediano que siempre desea ganar.
-Además de futbolista, ¿qué otras actividades realiza?
-Soy político, predicador, comerciante de ropa, dueño de una empresa de bienes raíces, tengo una tienda, administro cuatro empresas, tengo un programa de radio, soy responsable de una fundación y candidato a diputado en las próximas elecciones por la provincia de Limón. Hoy (ayer) me reúno con 100 personas en Guápiles. Son tantas cosas que voy a parar en el Hospital Psiquiátrico.
-¿Por qué abandonó los vicios que rodearon su vida durante algún tiempo?
-Hace un tiempo mi vida era desordenada. Dejé todo lo que no sirve para la mente y el cuerpo. Lo hice por mi bien y de las personas que me quieren y, sobre todo, porque amo intensamente el futbol. El deportista es una figura pública y debe ser un ejemplo para la sociedad.