Pocas cosas buenas se pueden decir de las migrañas. Quienes las padecen, en su mayoría mujeres – es tres veces más común en la población femenina–, sienten un dolor intensamente fuerte, pulsante o vibrante, en un área de la cabeza.
La luz y los sonidos suelen empeorar los síntomas, que en algunas ocasiones vienen acompañados de náuseas y vómitos.
Sus causas aún son desconocidas. Aunque en algún momento se creyó que estaba relacionado con la dilatación de vasos sanguíneos en el cerebro, hoy la ciencia apunta a que su raíz es genética.
Lo que sí se sabe es que la ansiedad, el estrés, la falta de sueño, la exposición a la luz y cambios hormonales, pueden disparar un episodio de migraña en quienes la padecen, y que existen algunos medicamentos que pueden evitar que se den los episodios o aliviar los síntomas cuando estos se presentan.
Nada de esto son datos alicientes sobre la migraña. Sin embargo, un grupo de investigadores del Hospital Brigham and Women’s, en Massachusetts, Estados Unidos, sí tiene buenas noticias para quienes sufren estos intensos dolores de cabeza: su padecimiento no causa un daño permanente en el cerebro ni lleva a la persona a tener un deterioro cognitivo más acelerado que en quienes no padecen las migrañas.
La afirmación se desprende después de analizar las capacidades intelectuales y de memoria de más de 6.000 mujeres mayores de 45 años, a lo largo de una década. Algunas de ellas padecían migrañas y otras no.
Al cabo del estudio, los científicos, dirigidos por Tobias Kurth y Pamela Rist, determinaron que no había diferencias significativas en el deterioro cognoscitivo entre las mujeres que padecían migraña y las que no.
Entre todo lo malo que trae la migraña, el hallazgo, publicado en el British Medical Journal , es una buena noticia: se sufre cuando se presentan los síntomas del dolor de cabeza intenso, pero no hay secuelas a largo plazo.