Roberto Santiago, autor de Hombres felices, firma también el guion de El Penalti más largo del mundo , inspirado en un cuento del escritor argentino Osvaldo Soriano, que él trasladó de un barrio de Buenos Aires al madrileño de Carabanchel en donde vivió hasta los doce años, como recordó ayer durante la presentación del filme.
"Esta es una comedia hecha para divertir, pero el humor nunca fue nuestro objetivo en sí, sino un medio para contar una historia que nos tocaba de cerca", comentó el cineasta, quien esperó a que Fernando Tejero aceptara ser el protagonista, para completar el reparto.
La película arranca con la final de la liga regional, en la que va ganando el equipo local, pero en el último minuto el portero se lesiona y debe entrar en juego el suplente, un pobre tipo que está siempre en el banquillo a la espera de su día.
Sin embargo, la tensión que se vive en el campo hace que el público salga a agredir al árbitro, por lo que el penalti que este pitó debe lanzarse en una semana. Así comienza una nueva vida para ese pobre portero, que ve como en esa semana se convierte en héroe del barrio.