BARCELONA, España (AFP) El actor español recientemente oscarizado Javier Bardem fue pilar en el Liceo Francés de Madrid, jugó con la selección española cadete (1986) y fue preseleccionado con la juvenil, según relató el miércoles al Mundo Deportivo su antiguo entrenador, Tomy García.
Actual entrenador de la Santboiana y columnista del diario deportivo barcelonés, Tomy García dijo tener "muy buenos recuerdos" del equipo que aparece fotografiado en el diario del miércoles en el que jugaba Bardem, que se había iniciado en el rugby en las filas del Carmen, un equipo de barrio.
Cuando ese club desapareció, coincidiendo con la llegada de Javier y su hermano Carlos al colegio Covadonga, ambos se incorporaron a la disciplina del Liceo: "A Javier lo conocí porque iba siempre con su hermano y fui entrenador suyo en el cadete", explica el técnico.
Bardem "era primera línea: pilar, un puesto en el que normalmente los jugadores eran gorditos, pero él no. Javier estaba fuerte, era un tipo cachas, currado, y es que le gustaba mucho el deporte y cuidarse físicamente", detalló.
El actor, galardonado el domingo con el Oscar a Mejor Actor Secundario por "No es país para viejos" ("No Country For Old Men"), siente pasión por el rugby, un deporte que, según sus propias palabras, "potencia el sentido de la lealtad y la amistad, el trabajo en equipo y el sacrificio. Es el deporte por excelencia".
Bardem se dedicó con ahínco al rugby desde los 14 hasta los 23 años pero su progresiva incursión en el mundo de la interpretación le fue alejando de este deporte. "Cuando alcanzó la categoría de juvenil empezó a faltar porque su carrera como actor le quitaba mucho tiempo", contó Tomy García.
Una vez "le dejaron un ojo morado" y "cuando al día siguiente llegó a la televisión en la que trabajaba le llamaron la atención. Tuvo que apartarse de la práctica del rugby, pero nunca dejó a sus amigos de aquella época", relató.
El rugby sigue siendo una de las grandes aficiones del actor español, como demuestra el empeño que recientemente puso para poder conseguir una entrada para presenciar la final de la Copa del Mundo en París, aunque también es un apasionado del boxeo y de la pintura.
"La pintura fue tan importante para Javier que incluso tuvo dudas a la hora de decantarse definitivamente por el cine", concluyó su antiguo entrenador.
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