“Estas son las mañanitas/ que canto pa’ que recuerden/ que tenemos quien nos cuide:/ El ángel Jesús Malverde” .
Las notas del corrido resuenan en la pequeña capilla del barrio Los Doctores, uno de los más populares de la capital mexicana. Vestidos a la usanza texana, los músicos complacen a decenas de fieles que han llegado a rezar ante la imagen del llamado santo de los “narcos”.
Su nombre es Jesús Malverde, un legendario delincuente que a finales del siglo XIX se convirtió en una especie de Robin Hood, dedicado a robarle a los ricos para darles a los más necesitados de su tierra.
Tras su muerte, cientos de personas alimentaron tal devoción hacia él que se han levantado tres santuarios en su nombre: uno en Cali, Colombia; otro en Culiacán, México; y el tercero en Los Angeles, Estados Unidos.
Sin embargo, durante los últimos años, la fe hacia el patrono de los “narcos” se ha extendido tanto en México que ahora cuenta con una nueva capilla en Los Doctores.
En ese pequeño santuario, cubierto de cristales, se encuentra la figura de tamaño natural de Malverde, un varón típico del norte de México: alto, blanco, con bigote y pelo abundante.
Los fieles han contribuido para vestir la imagen que luce un sombrero, una camisa vaquera, un cinturón de piel de pitón con hebilla dorada, una camisa de gamuza y una cadena de la que cuelga un dije con forma de pistola.
“Aunque no es reconocido por la Iglesia Católica, él me ha demostrado ser milagroso al salvarle la vida a mi hijo y por eso, en noviembre pasado, decidimos hacerle un pequeño santuario”, aseguró Alicia Pulido a la agencia de noticias EFE.
No obstante, la nueva casa del santo ha provocado polémica entre los vecinos que defienden la presencia del altar sobre la calle doctor Vértiz, esquina con doctor Liceaga, y quienes aseguran que a él solo acuden personas de la mala vida.
¿Un mito? La negativa de la Iglesia a reconocer el culto a Jesús Malverde obedece a que no existen datos concretos sobre su existencia y los supuestos favores que ha realizado.
De hecho, la historia del también llamado “Bandido milagroso” sigue siendo un misterio.
Para muchos historiadores, Malverde es un mito. La leyenda más difundida asegura que fue un bandido generoso que robaba a los ricos y a la Iglesia, para repartir el botín entre los pobres.
Algunos relatos lo identifican como un trabajador ferrocarrilero y otros como un obrero de la construcción que se hizo bandido y fue ahorcado en 1909.
Jesús Juárez Mazo era, al parecer, el nombre verdadero del ahora santo, y se le conocía como el “Malverde” por sus enemigos, ya que se disfrazaba con hojas de plátano para pasar inadvertido.
Se dice que nació el 24 de diciembre de 1870 en el estado de Jalisco y, siendo un niño, sus padres lo llevaron a Sinaloa. Según otras versiones, nació en Mocorito, Sinaloa, a un costado de Culiacán.
“La leyenda más popular señala que siendo joven empezó a llevar a cabo asaltos entre los ricos hacendados para entregar los bienes a los necesitados. La razón fue porque sus padres murieron de hambre, muy pobres, durante el gobierno de Porfirio Díaz víctimas de la explotación de los hacendados terratenientes”, afirma un estudio realizado por el mexicano Arturo Lizárraga Hernández.
Los asaltos los realizaba en los alrededores de Culiacán, era un salteador de caminos, como muchos de los héroes populares de México.
“Perseguido por la policía rural de la época, llamada popularmente ‘la acordada’, resultó herido durante un enfrentamiento, después de asaltar una diligencia; atrapado, según unos, fue torturado y luego ahorcado por la propia policía”, añade el estudio de Lizárraga.
Cuentan que, herido de muerte y con una pierna gangrenada, Malverde pidió a su compadre que lo entregara a la policía para cobrar la recompensa por su captura y donarla a los pobres.
Unas versiones más hablan solo de una vulgar traición de su compadre, pero en lo que sí parecen concordar sus seguidores es que la fecha de su muerte fue el 3 de mayo de 1909.
Devoción creciente. La leyenda afirma que después de morir, el cuerpo de Jesús Malverde permaneció colgado de un árbol por órdenes del gobernador.
Nadie se atrevió a bajarlo hasta que un arriero sepultó el cadáver, no sin antes pedirle que le permitiera encontrar unas mulas que tenía perdidas. Las encontró y éste fue quien comenzó a difundir el culto.
El mito creció con los años y la gente de los poblados vecinos continuó rindiéndole culto, llevándole flores y velas a su sencilla tumba.
“Los huesos de Malverde fueron rescatados de su tumba original, al pie del árbol de mezquite del que fue colgado, y se encuentran ahora, dicen, en la capilla de Culiacán, bajo el cuidado de Eligio González”, indica el texto del mexicano Arturo Lizárraga.
Dentro de ese santuario se encuentra un busto de difunto ladrón, y a su alrededor las imágenes de la Virgen de Guadalupe, un Sagrado Corazón de Jesús, la Santísima Trinidad, San Martín de Porres y San Judas Tadeo.
La capilla está abierta las 24 horas y recibe a creyentes de diversas clases sociales.
Colgadas de las paredes, sobresalen decenas de ofrendas como mechones de cabello, frascos con pescado, aparatos ortopédicos, fotos de mujeres con vestido de novia y manojos de vainicas.
Afuera de las capillas es común encontrar puestos comerciales que venden cassettes con música dedicada a él, pequeños bustos de yeso, escapularios, estampas, oraciones, veladoras y la novena al ánima del venerado “delincuente”.
Se dice que hasta la Capilla llegan los narcos para ofrecerle bienes, dinero y serenatas. Al parecer, delincuentes y traficantes de drogas se identificaron la historia de Malverde y los consideran su santo patrono.
Sin embargo, el número de narcotraficantes que visitan los santuarios ha comenzado a descender, pues cada vez son más los que tienen en sus casas un retrato del santo y hasta capillas en su nombre para rezarle ahí.
Es por eso que hoy los principales seguidores de Malverde son mujeres de escasos recursos, embarazadas, jóvenes migrantes, ancianos y los parientes de encarcelados.
Ellos llenan los santuarios día tras día, pero hay dos fechas especiales en las que aquello se vuelve una romería: el 3 de mayo, día de su muerte, y el 24 de diciembre, su nacimiento.
“Estas son las mañanitas/ que canto pa’ que recuerden/ que tenemos quien nos cuide:/ El ángel Jesús Malverde” .