En dos décadas de estar al frente de la mexicana Televisa S.A., Emilio el tigre Azcárraga llevó a la compañía mexicana a expandirse internacionalmente para convertirla en el emporio de medios de habla hispana más grande del mundo.
Azcárraga, de 66 años, quien se retiró el lunes pasado de la compañía que su padre ayudó a fundar, fue un duro negociador que sabía lo que los televidentes querían ver, una habilidad que le permitió ganar miles de millones de dólares y que lo convirtió en uno de los hombres más ricos de América Latina.
Los críticos de Azcárraga dicen que el magnate de los medios de comunicación supervisó una compañía cuya insípida programación y noticiarios en favor del gobierno permitieron que muchos mexicanos permanecieran tristemente en la oscuridad ante los problemas del país, y que glorificó el gobierno de varias décadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Pero independientemente de su posición política, no hay dudas de que Azcárraga fue un hábil empresario.
Expansión sin límites
Aunque Televisa ya dominaba el mundo de la televisión mexicana cuando en 1972 Azcárraga tomó el control de la empresa de manos de su padre, Emilio Azcárraga Vidaurrieta, la compañía amplió su dominio hasta incluir cuatro redes de televisión nacional, decenas de estaciones de radio, revistas, empresas de grabación de música, televisión por cable y varios equipos de fútbol, entre otras cosas.
Y Televisa se ha convertido en uno de los mayores productores de programación del mundo, elaborando lo que tiende a convertirse en uno de los favoritos productos de exportación: las telenovelas.
Las telenovelas mexicanas, con títulos como Los ricos también lloran, pocas veces tienen algo que ver con la vida del mexicano común. Conociendo esto, Azcárraga frecuentemente defendió los programas calificándolos como vías de escape para los mexicanos pobres.
Abanderado del PRI
El multimillonario hizo poco para ocultar sus cómodos vínculos con el gobierno, que otorga las licencias de televisión. Al ser acusado en una ocasión de ayudar al PRI durante la elección presidencial de 1994 por transmitir pocas noticias positivas sobre la oposición, Azcárraga dijo a periodistas: "Somos soldados del presidente de la República, no del PRI".
Y durante un banquete preparado por el expresidente Carlos Salinas en 1993, Azcárraga presuntamente ofreció 50 millones de dólares para ayudar en los esfuerzos de reelección del PRI.
Aun así le dio una mayor independencia a Televisa en los últimos años, proporcionando una mayor cobertura de la oposición y exponiendo algunos casos de corrupción.
Hay muchas teorías que explican el sobrenombre de el tigre. Algunos dicen que el apodo refleja sus instintos empresariales, mientras que otros dicen que se debe al mechón blanco en su cabello. Y otra posible explicación podría ser que su padre era conocido como "el león".
Su dinero
Azcárraga tenía en 1996, según la revista norteamericana Forbes, una fortuna de 2.000 millones de dólares.
Aunque lo había afectado la crisis desatada en diciembre de 1994: hasta ese año, Forbes calculaba su fortuna en 5.400 millones de dólares, era "el hombre más rico de América Latina" y estaba en la clasificación 19 entre los 100 más ricos del mundo. Nacido el 6 de setiembre de 1930, se inició en la actividad televisiva cuando tenía 21 años.