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Elbert Núñez: “Me fui muy resentido”

Siente que no le cumplieron lo prometido

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Ser inmigrante no es nada fácil y Elbert Núñez Artavia lo ha experimentado en carne propia. Dice haber llegado a Estados Unidos como turista hace seis años, pero decidió quedarse para mejorar su situación económica. “Yo me vine muy decepcionado y resentido con el país, con la gente que me hizo promesas y no me cumplió. Fue una decisión muy dura, pero nada perdía con tomarla”, asegura vía telefónica.Así fue como comenzó a trabajar en construcción, pegando shingles (una especie de teja) en los techos, una tarea que, por ahora, le permite vivir decentemente y le da la posibilidad de enviarle “alguito” a doña Elisa, a quien extraña “más que a nadie en el mundo”.“Me muero por volver a verla y abrazarla. Cuando se cayó, hace algunos años, y la operaron de la cadera casi me vuelvo loco. Yo le hablo mucho por teléfono, pero no es lo mismo. Ella sabe que aún no puedo regresar”, afirma Elbert, quien hace poco más de un año se casó con María Elena Fuentes, una colombiana nacionalizada estadounidense. “Ella es una negrita muy valiente que me ha dado dos hijos maravillosos: Bryan, de 4 años, y Kevin, de 3. Además, cocina riquísimo y por eso es que no extraño mucho la comida de allá. Claro que a veces sí se me antoja un buen pinto”, confesó entre risas. En la lista de sus nostalgias también destacan los bailes pirateados y los programas de radio Monumental, que escuchaba día y noche mientras recorría las calles de Costa Rica como taxista, pero sobre todo, añora el modo cariñoso del ser costarricense. Según dice, allá la gente es muy fría y, como nadie saluda, hasta él ha perdido esa costumbre.En la actualidad, Elbert vive en un pequeño apartamento de tres cuartos, sala, comedor y cocina. Pesa 91 kilos (cerca de 200 libras) y ya peina algunas canas. El martes pasado, cuando cumplió 50 años, no hizo nada especial. Solo apagó las velas en compañía de su esposa e hijos. Entretanto, su madre, en la entrevista que le hizo Proa el propio 24 de octubre, admitió que quisiera darle a su hijo un fuerte abrazo.








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