¿Quién no recordará los mariqueos de Quico, el presumido niño de la vecindad, que compartía créditos con el Chavo del Ocho?
Pues esta semana, Carlos Villagrán, el actor mexicano que le dio vida a esta personaje –que por problemas legales debió llamarse Kiko– cumplió 66 años, con una noticia ingrata: su representación no volverá a entretener a pequeños y grandes.
Tras casi 40 años de carrera artística, Villagrán decidió que ya era hora de decirle adiós a su público, por lo que comenzó en la República Mexicana su gira de despedida con El nuevo circo de Kiko.
“ Este es un espectáculo de primera calidad. Tanto las instalaciones como el show en sí hacen un marco perfecto para esta gran despedida de Carlos Villagrán”, señaló el diario mexicano La Crónica de Hoy.
El circo de este actor es considerado como uno de los más modernos en México, con excelentes presentaciones, así como con cómodos asientos, carpas italianas a prueba de lluvia y audio e iluminación de primer nivel.
Lío legal. Aunque Villagrán no ha emitido declaraciones sobre por qué decidió dejar de presentar al engreído niño con traje de marinerito, se sabe que el actor mantiene una disputa con Roberto Gómez Bolaños ( Chespirito ) creador de El Chavo del 8 , por los derechos de su personaje.
La riña comenzó a finales de los años setenta, cuando el actor se fue de El Chavo del 8.
Aunque en México Chespirito tiene los derechos sobre Quico, Villagrán ideó llamar a su personaje Kiko, para evitarse demandas.
En 1978, cuando Villagrán dejó la vecindad, él había dicho que se marchaba porque su interpretación había captado mayor popularidad que el mismo Chavo.
Y es que a punta de torcer las rodillas, inflar los cachetes y emitir sonidos guturales, que acompañaba con odiosas frases como “Chusma, chusma”, Quico se echó al bolsillo a los televidentes.
Según el diario mexicano El Universal, tal fue su popularidad, que Villagrán decidió reclamarle a Chespirito regalías por su personaje y hasta pidió cita con Emilio Azcárraga Milmo, presidente de Televisa, cadena que emitía el programa, ofreciéndose para estelarizar su propia serie televisiva.
Sin embargo, como Televisa le dio su apoyo a Chespirito, a Villagrán no le quedó más remedio que partir. Y así lo hizo, a principios de los ochenta él llegó al canal de televisión venezolano RCTV.
En 1987 regresó a México, donde la empresa Tele-Rey le ofreció la serie ¡Ah, qué Kiko!
Pero ¡Ah, que Kiko! estaba destinado a no durar mucho, debido a la inesperada muerte de Ramón Valdés (don Ramón), en 1988, con quien Villagrán hacía esta serie.
Entonces, Villagrán decidió realizar El circo de Kiko , que lo llevó a recorrer varios países de Latinoamérica, incluida Costa Rica.