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Locas por el dinero

  Es comedia deslucida Con la crisis se vale robar

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Locas por el dinero - 1

No más ayer quebrábamos lanzas en favor de la excelente película Gran Torino (2008), dirigida por Clint Eastwood, y ya hoy debemos lamentarnos por el tiempo perdido al ver la insípida comedia Locas por el dinero (2008), dirigida por Callie Khouri.

En todo caso, los estrenos del fin de semana pasado no han sido los mejores, con filmes malos como Diva adolescente (2008), de Nick Moore, y con Maligno (2006), de Gregory Dark.

Ante ellos, Locas por el dinero resulta, tal vez, una cinta regular. Es la historia de tres mujeres que, ante la cisis económica y para recuperar su manera de vivir el “sueño americano”, montan un deslucido robo del banco de reservas federales en su país, Estados Unidos.

El robo se repite varias veces, como si fuéramos tonticos, para que así lo entendamos, y se traga mucho metraje; por ahí algunas sorpresas metidas con calzador y la trama se diluye cada vez más. Ya lo sabemos: al mal cocinero le estorban hasta las cucharas y al mal pintor se le quedan calvos los pinceles. El filme empeora fácilmente.

La película no se cansa de ridiculizar a los personaje femeninos, de exhibirlos en sus peores condiciones: mujeres avariciosas, tontas, sin complejidad alguna, superficiales, vanidosas, fregonas y que hacen lo que “deben hacer”: ¡robar y mantener a sus parejas! Es una visión totalmente misógina, tal la adversión mostrada por lo femenino.

La narración es absolutamente superficial, sosa, plana, estereotipada, tonta y –lo peor– con moraleja dudosa en su ética. El desarrollo de los diálogos solo encuentra el vacío. Las actuaciones son malas en todo el elenco: no hay cara donde persignarse. Por momentos divierte, por momentos... nada más.

Dicen que boticario sin botica, nada significa, y le pasa a esta película, que apenas resulta funcional con sus imágenes, música, fotografía y montaje. Además, cansa ver a la actriz Diane Keaton autoparodiándose: sopor en el cine.

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