La historia del futbol costarricense lo recuerda como uno de los grandes goleadores que tuvo la Liga Deportiva Alajuelense y el seleccionado mayor a finales de la década del 50 y durante los años 60.
Juan Bautista González Soto fue más conocido en el mundillo del futbol como Tribilín González.
Él estuvo vigente por casi 15 campañas en la Primera División.
El miércoles pasado dejó de existir a los 63 años, mientras observaba el partido de Costa Rica en Trinidad y Tobago. No terminó de verlo y falleció víctima de un infarto.
Nació el 27 de diciembre de 1941, en Osa, Puntarenas, y luego se trasladó a Alajuela, donde comenzó a jugar en equipos federados.
En 1959, precisamente, se inició como delantero del primer equipo de Alajuelense, donde se mantuvo hasta 1968. En ese período, se adjudicó los títulos de 1959, 1960 y 1966.
Después partió a jugar a Estados Unidos, donde permaneció hasta 1971. En su retorno con los rojinegros jugó una temporada más y se retiró en 1972, a los 31 años.
"Tenía muy buena técnica. Era veloz y muy valiente, lo que lo convertía en una pesadilla para los defensas contrarios", escribió sobre este goleador el desaparecido historiador Armando Mórux en su libro Memoria de la Liga Deportiva Alajuelense (editado en 1996).
Uno de sus compañeros, el exdefensor Cornelio Urbina, lo recordó así: "Era un excelente compañero, siempre feliz y alegre hasta el último día. Vivía el futbol y estaba enamorado del arte de este juego".
Tribilín cosechó en 1963 su mejor recuerdo futbolístico: la conquista, en forma invicta, del I Norceca de la Concacaf, en El Salvador. Integró en cinco ocasiones la Selección Nacional, con la cual anotó seis goles en 14 partidos internacionales de clase A.
Sus funerales fueron el viernes pasado en la iglesia Corazón de Jesús de Alajuela. Lo sobreviven cinco hijos; cuatro de su primer matrimonio y uno del segundo.