Las hemorroides siempre me dieron risa. Sí, me reía muchísimo cuando mi abuelita las padecía y su consuegra entraba en la casa preguntando a gritos cómo le seguía el "fondillo" a su gran amiga (ella realmente usaba otro término que no puedo publicar). Las tres reíamos un rato, lo que supongo hacía que mi abuelita se sintiera mejor. Pero, la risa se me acabó hace pocos meses cuando sentí por primera vez un dolor de hemorroides. ¡Válgame Dios!
Si usted es ahora quien se ríe de mí, le tengo una mala noticia. Todas las personas tenemos algún grado de hemorroides, pequeño o grande, y por eso en algún momento de nuestra vida podríamos sufrir una trombosis (hemorroides externas).
Según el Dr. Jorge Flikier Gotlib, proctólogo del hospital San Juan de Dios, como los humanos caminamos sobre dos piernas tenemos un peso sobre el ano que no tienen los animales, que caminan con cuatro patas.
Además de esta, existen otras causas de hemorroides (cuadro en la pág 2) que van desde la herencia familiar hasta costumbres incorrectas como pasar largo rato sentado en el excusado solucionando crucigramas o leyendo los periódicos.
Quienes más las padecen son las mujeres, por los embarazos y los partos, pero es un problema de salud que afecta a personas de cualquier sexo y edad, incluso a los niños, aunque en un porcentaje mucho menor.
Todos tenemos venas hemorroidales en el recto, pero el problema se presenta cuando estas crecen y se convierten en pelotas. El Dr. Flikier detalla que hay venas hemorroidales externas, las que están debajo de la piel del ano y venas hemorroidales internas que se localizan más adentro, en el recto (la última porción del intestino grueso que empieza en el colón y termina en el ano).
La característica que distingue a las hemorroides externas es que si usted hace un esfuerzo muy grande, como por ejemplo pujar cuando está estreñido, el conjunto venoso que está afuera se revienta. Esto hace que se forme una pelota de sangre debajo da la piel y entonces se presenta un dolor muy agudo. Transcurridos algunos días después del dolor, la pelota puede reventarse y sangrar, aunque esto no siempre ocurre.
Sin embargo, el especialista afirma que "se podrían llamar verdaderas hemorroides las que crecen adentro, las que fácilmente se salen, se meten y sangran".
Las hemorroides internas en general, sangran sin dolor. Pero, el médico destaca que es importante distinguir esto del cáncer de recto que también produce sangrado a la hora de defecar y, al principio, sin dolor. Por eso agrega que nunca se debe confiar y creer que todo lo que sangra en el recto son hemorroides. Es mejor ir donde un médico para confirmar el diagnóstico y asegurarse de que no es otro tipo de enfermedad o lesión.
¿Qué se debe hacer?
Existen medicamentos que se usan en los períodos agudos de dolor o cuando las hemorroides sangran, pero ninguna de estas pomadas o supositorios deben aplicarse por períodos prolongados porque la mayoría contiene cortisona y puede producir algún problema local. Otras personas acostumbran ponerse Zepol, pues el mentol calma la inflamación y el plurito.
Para curar las hemorroides externas el procedimiento es sencillo, si se llega tempranamente donde el médico, pues consiste en abrir la pelota de sangre y sacar el coágulo. En cambio, según explica Flikier, el tratamiento para curar las internas depende del grado en que se encuentren. Por ejemplo, si las hemorroides son pequeñas se pueden tratar también en el consultorio médico por medio de un método que consiste en ligarlas. Esto se hace con unas pequeñas bandas elásticas que se colocan con la ayuda de una pistola especial. Las bandas las estrangulan en la base y esta se seca y cae a los pocos días. También se pueden quemar con un equipo llamado endoláser.
Cuando son tan grandes que incluso se salen por el ano y el paciente tiene que metérselas constantemente, solo pueden tratarse con cirugía.
Esta operación, que se practica a través de unos dilatadores especiales, consiste en cortar las hemorroides para eliminarlas totalmente. Según afirma Flikier, después de la cirugía es muy difícil que vuelvan a crecer.
Esta operación se puede hacer en los hospitales de la Caja Costarricense del Seguro Social y en las clínicas privadas y además de los proctólogos, la puede realizar un cirujano general.
Es importante que siempre trate de prevenir las hemorroides evitando el estreñimiento o cualquier esfuerzo que recargue la zona pélvica y, sobre todo, ante cualquier malestar de este tipo consulte con su médico.
¿Cómo se originan?
- En algunos casos es un problema de salud hereditario.
- El estreñimiento o pujar con mucha fuerza.
- Levantar o empujar cosas pesadas de forma incorrecta.
- El peso del niño que está en el vientre repercute directamente en las venas pélvicas.
- Los jóvenes a veces padecen de hemorroides agudas por levantar pesas.
- Permanecer en una misma posición durante largo tiempo.
- Las que tienen la costumbre de quedarse sentados leyendo o estudiando en el excusado durante mucho tiempo.