Buenos Aires. Marquesinas, palcos y balcones delatan el inconfundible pasado de El Ateneo Grand Splendid, la librería más grande de América Latina que abrió sus puertas el viernes en el edificio que, durante 80 años, ocuparon un cine y teatro bonaerense.
El inmueble, de tres plantas y unos 2.000 metros cuadrados destinados a partir de ahora a la venta y exposición de libros, nació como un teatro en 1919 y posteriormente, en 1926, comenzó a funcionar como sala cinematográfica.
Por su escenario pasaron figuras de la talla de Carlos Gardel, en la época en que se organizaban conciertos de tango, y, con el tiempo, se convirtió en el lugar más concurrido de Buenos Aires cuando se estrenó la primera película sonora, en junio de 1929.
Arquitectura a salvo
El cine Grand Splendid cerró sus puertas el año pasado pero, a diferencia de muchas otras salas argentinas, su destino no fue convertirse en un templo evangelista o en un espacio para el estacionamiento de vehículos, sino en una apuesta por la cultura.
El antiguo teatro situado en la tradicional avenida Santa Fe una de las más pintorescas de Buenos Aires se transformó en una librería multitemática, con una inversión de $3 millones, sin que su arquitectura sufriera cambios.
Este gran local fue alquilado por el Grupo ILHSA, integrado por las cadenas de librerías El Ateneo y Yenny, Editorial El Ateneo y el sitio de venta de libros por Internet tematika.com, que debió comprometerse a respetar la arquitectura histórica antes de iniciar la transformación. (Véase el recuadro ¡Grande! )
Buen riesgo
"La apertura de esta megalibrería implica un doble esfuerzo y compromiso: hemos hecho una importante inversión y nos hemos comprometido a reconstruir y resaltar toda la belleza arquitectónica del edificio, poniéndola al alcance de la gente que desee visitar el local", explicó Adolfo Vincenzi, director general de ILHSA.
Los 2.000 metros cuadrados de superficie poblados de bibliotecas y anaqueles albergan más de 90.000 títulos y cerca de 200.000 ejemplares de los más variados temas y valores.
El grupo ILHSA ha calificado a su apuesta de "arriesgada", lo que se entiende al analizar el mercado argentino: el país posee una media de lectura superior a la latinoamericana pero notablemente inferior a la europea, pese a que el valor de los libros ha descendido en los últimos años.
Sin embargo, la meta del grupo empresarial es que el inmueble no sea sólo un local de ventas, sino un lugar propicio para que el lector se sienta a gusto.
Consciente de la atracción que por sí mismo generará el histórico edificio, ILHSA pretende convertir el lugar en un verdadero centro cultural donde se realicen muestras de arte, narraciones, encuentros y debates.
Según cálculos del grupo empresario, más de medio millón de personas visitarán por año este megalocal, que ILHSA espera que sea un punto de referencia para el mundo de la cultura.
Pese a los cambios, el antiguo teatro y cine Grand Splendid es el mismo de antaño, sigue ligado a su destino cultural, tal como fue planteado en sus comienzos, y, quien recorra sus pasillos y descanse en sus palcos, podrá escuchar a los lejos el sonido de alguno de los tangos que por 1920 interpretó Carlos Gardel en su escenario.
¡Grande!
Cada espacio del teatro fue adaptado a las necesidades de la librería:
Los camerinos fueron destinados a la literatura infantil y el escenario es ahora un café temático.
Los palcos se convirtieron en áreas de descanso y lectura.
La antigua platea se transformó en la zona de exposición y venta de libros.
La librería cuenta con amplios pasillos, muy buena iluminación, lugares destinados a "ojear" los libros, y ascensores para quienes no puedan desplazarse con facilidad.