Maite se ha dispuesto conquistar el público latinoamericano.
Con su programa de vivencias positivas y las lecciones que se pueden obtener de las negativas, le guiña el ojo a cientos de televidentes para que la acompañen y no le cambien de canal.
Conversamos, por teléfono, con la nueva cara de los talk-show, Maite Delgado, para conocer de su trayectoria, su vida y demás.
-Usted llegó a la televisión por casualidad y un concurso de belleza...
-Sí. Hace once años participé en el concurso de Miss Venezuela. Figuré como segunda finalista y me tocó asistir al concurso de Miss Turismo Internacional, en República Dominicana, donde gané la corona. Resulta que cuando regresé me hicieron una entrevista en un programa para hablar del reinado; de esas cosas. Los jefes del canal estaban reunidos en una oficina con los televisores encendidos y conversando que necesitaban una cara distinta para un nuevo proyecto. Todos voltearon a ver al monitor y decidieron hacerme la propuesta. Sin tener consciencia de lo que eso implicaba di un sí absoluto y rotundo. El programa era una revista matutina que se llamó Complejidades y tuvo mucho éxito. Estuvo cinco años al aire. Después surgieron otros proyectos. Uno de ellos fue el Circo Cómplices. Luego una comedia de tres muchachas que vivían solas en un apartamento y que hacían las mil y una para conseguir el dinero y pagar la renta. De ahí vino Giros, producido por Edith Valerio, que es quien dijo en aquel entonces que yo podría ser la cara nueva. Este era un programa de televisión participativa, tipo talk show, pero que desarrollaba el lado positivo de las cosas. Giros se transmitió en vivo durante cinco años hasta que surgió la propuesta de convertirlo en un espacio internacional.
-¿Fue entonces cuando surgió Maite?
-Sí, va a hacer un año, en abril, que nació Maite, un programa no solo para el público venezolano, sino ideado para ser transmitido en los Estados Unidos, a través de la cadena Univisión, y en varios países de Latinoamérica. Resulta que unas personas de Univisión -en Miami- observaron algunos programas de Giros y les pareció que podía funcionar dándole menos local y haciéndolo más internacional.
-Usted trabaja para la misma cadena que produce el "Show de Cristina"... ¿qué diferencia su programa de éste?
-Yo diría que una visión diferente de la vida, de lo bueno. Si bien es cierto hay problemas, hay soluciones . En el programa nos centramos en eso. Soy muy mala para llorar, prefiero sacar el lado positivo de las tristezas.
Respecto a Cristina Saralegui, ella es una mujer muy importante en el mundo de las comunicaciones y es mucho más de lo que se ve en televisión. Es excelente directora de revista. De hecho, a mi criterio, la mejor época de Cosmopolitan, la revista más vendida en Latinoamérica, fue cuando ella la dirigió. Es una mujer humana y esa cualidad le hace especial. Que cada quien escoja lo que quiera.
-En 1990 usted cantó en el Carnaval Internacional de Miami. ¿Ha pensado en incursionar en esa faceta?
-No siento que sea cantante, lo que ocurre es que en Venezuela contamos con un maravilloso productor de espectáculos musicales que es el de Miss Venezuela, Joaquín Riviera. Ese año él fue el encargado de esa actividad y cree mucho en aquello que al público le gusta ver, en los grandes espectáculos, a los artistas o presentadores haciendo cosas que no suelen hacer. Por eso me puso a cantar La bilirrubina. Quedó bien; gracioso, pero no soy cantante. Ahora, nunca digo que de esta agua no beberé, pero una vez una cantante me dijo que canto muy bien pero se me oye muy mal. Lo volvería a hacer, pero eso no es mi esencia.
-Su vida es de tiempos compartidos: como profesional, esposa y madre. ¿Cómo hace para que todo marche adecuadamente?...
-Esto es una locura organizada. La prioridad es la familia, pero no por eso voy a sacrificar el trabajo. Llego a las 7 a.m. al canal, me maquillo, me visto. Hago el o los programas (a veces hasta tres diarios) y luego llego a mi casa a almorzar, aunque sea tarde. Una vez que estoy con mi hijo trato de no salir porque necesito estar con él. Arreglo todo por teléfono. Estoy tan satisfecha de hacer lo que hago y le doy gracias a Dios porque lo disfruto. Ojo, que tampoco es color de rosa, si no no sería trabajo, serían vacaciones, pero la presión, la responsabilidad y todo lo demás es parte de show y de lo imperfecto que es el mundo y de lo maravilloso que es ser imperfecto. No hay nada más terrible que la perfección.
-¿Conoce Costa Rica?
-No, pero tengo excelentes recomendaciones, pues los padrinos de mi esposo viven allá y él mismo, que ha tenido la oportunidad de viajar por su profesión de tenista, me ha dicho que debemos planear un viaje con destino a Costa Rica. Sin ánimos de quedar bien con nadie, según él, hay cantidad de paisajes espeluznantes.
Vida privada
Maite nació el 20 de setiembre de 1966 en Caracas, está casada desde hace cuatro años, con el ex-tenista profesional y empresario Alfonso Mora y tiene un hijo, que acaba de cumplir un año.
Maite es bachiller en Ciencias y Humanidades. Realizó estudios de locución comercial y se especializó como modelo profesional. A lo largo de su trayectoria ha sido homenajeada repetidamente, con premios como la mejor animadora del año tales como Meridiano de Oro, Venus de la Prensa, premio Mara.