Pekín. Expertos chinos y tibetanos aseguran que la denominación de Everest para la montaña más alta del mundo (8.848 metros) es una imposición del colonialismo británico, y que su auténtico nombre debería ser Monte Qomolangma (Diosa Montaña, en tibetano).
"Ya es hora de que los occidentales respeten la cultura tibetana y llamen a las cosas por su nombre. Todos los atlas y libros de texto del mundo deberían referirse a la montaña con el término Qomolangma", asegura Gelek, profesor del Centro de Tibetología de Pekín.
Según los expertos consultados por el diario oficialista China Daily, la insistencia en denominar al pico Everest es producto de la "arrogancia e ignorancia", y supone una falta de respeto para la montaña, una divinidad panteísta adorada por la comunidad tibetana antes incluso de la llegada del Budismo al territorio.
"El nombre Everest proviene del que fuera topógrafo general británico de la India entre 1830-43, George Everest (1790-1866)", asegura en su libro Descubrimiento y Nombre de Qomolangma, Lin Chao, profesor de geografía de la universidad de Pekín.
Al parecer, "fueron las tribus tibetanas residentes en el sur del territorio quienes bautizaron a la montaña, y agrimensores chinos -Shengzhu, Churbizanbo y Lanbenzhanba-, los que realizaron el primer estudio topográfico sobre el Tíbet entre 1715-1717".
La primera documentación oficial de la montaña se incorporó al Atlas del Territorio Imperial, conocido popularmente como Atlas Kangxi , ya que fue el emperador de la dinastía Qing de este nombre quien organizó la primera expedición.
Posteriormente, el misionero francés, Jean-Baptiste Regis, envió el mapa a Francia, donde el término Qomolangma se añadió al Nuevo Atlas de China realizado por el cartógrafo de la corona, Jean Bourguignon dAnville en 1733.
Todos estos eventos -entre los que también se encuentra el mapa sobre Asia Central del prestigioso geógrafo alemán Julius Klaprotto- tuvieron lugar más de 130 años antes de que el primer explorador británico intentara coronar la montaña.
Según el libro de Lin, el Brigadier General en la India, G.Bruce, aseguró en 1920, antes de la partida de la primera expedición británica: "Aunque los exploradores de su majestad descubran el auténtico nombre de la montaña, confío en que no le darán ninguna importancia, ya que no existe nombre más apropiado para una inmensa montaña que Everest".
Lin califica esta actitud de "ridícula y propia de una mentalidad imperialista. Aunque en su fuero interno sospechaban que la montaña ya tenía un nombre, no mostraron el mayor respeto por la población nativa o su cultura".
El propio gobierno chino declaró en 1952 -un año antes de que el neozelandés Edmund Hillary y el Sherpa Tenzing Norgay alcanzaran por vez primera la cima de la montaña- que el nombre original para el pico más alto del mundo era Qomolangma.
"Es un error de interpretación utilizar otro nombre para la montaña que no sea el de Qomolangma. Conminamos a todas las editoriales del mundo a borrar el nombre de un funcionario del imperio británico", precisaba el documento.
Según reza la leyenda, la región del Himalaya era en el pasado un océano rodeado de bosques, que sufrió el ataque despiadado de un dragón de cinco cabezas, que amenazó con inundar toda la vegetación y las criaturas existentes en el territorio.
En el último momento, cinco diosas descendieron de las alturas y derrotaron al malvado dragón.