Una familia rica tiene dinero y una familia pobre tiene posibilidad de bono, pero una de clase media debe tener guardados ¢8 millones para poder comprarse una casa que valga ¢40 millones.
Esa sería la prima aproximada que le exigiría un banco nacional para otorgar un crédito hipotecario. Todo un tesoro que una familia debería ahorrar mientras paga un alquiler, con la esperanza de comprar pronto la vivienda propia.
Esa situación parece haberla entendido el Gobierno, que anunció ayer un plan con la intención de que esa prima ya no sea del 20% del valor de la casa, sino del 5%.
Es decir, que la misma casa de ¢40 millones requeriría ¢2 millones y cumplir con los requisitos habituales, informó ayer el vicepresidente de la República, Luis Liberman, partiendo de un ejemplo de plazo a 25 años y con tasa del 10%.
El Gobierno emitió un reglamento según el cual el Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi) servirá como garantía para que el banco prestamista puede dar el crédito con un menor monto inicial de parte del beneficiario.
Debido a que se estaría financiando parte de la prima, la cuota mensual subiría ¢54.000 y rondaría los ¢340.000, siguiendo con el ejemplo de Liberman.
Este sistema se habilitará a partir de marzo y solo para los nuevos créditos, para viviendas que cuesten menos de ¢83 millones. Pueden ser asalariados o trabajadores independientes, pero solo se aplica si carecen de casa propia y si tiene un expediente crediticio limpio.