El Sr. Javier del Campo, presidente de la empresa Terra Partners, que recientemente organizó un foro pagado sobre “sostenibilidad y felicidad”, publicó el 9 de mayo un artículo en La Nación plagado de inexactitudes y distorsiones en torno a nuestro país, nuestra presidenta, el bienestar ciudadano y la felicidad.
Ignorando lo ocurrido en la reunión mundial de alto nivel titulada “Bienestar y felicidad: la definición de un nuevo paradigma económico”, celebrada en las Naciones Unidas el 2 y 3 de abril, el señor del Campo dice que la presidenta Chinchilla acudió a ella para “promocionar” la ilusoria felicidad de los ticos y “atraer” turismo e inversión. Nada más lejos de la verdad.
La presidenta Laura Chichilla acudió a esa reunión para reflexionar con seriedad sobre el tema. Por algo fue la oradora de fondo de la actividad, en la que estuvo acompañada, durante su inauguración, por el secretario general de la ONU, el presidente de su Asamblea General, la administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el primer ministro de Bután. Fue este quien, conocedor de los avances en desarrollo humano de Costa Rica, y del compromiso de la presidenta con el bienestar, la invitó a ser la principal expositora en la actividad.
Bienestar ciudadano. El discurso de doña Laura se refirió al compromiso histórico de nuestro país con el bienestar de sus ciudadanos; puso en perspectiva los índices sobre bienestar y felicidad; llamó a desarrollar concepciones integrales sobre el desarrollo, y reiteró el compromiso nacional con la mejora en las condiciones de vida de nuestra población. Nada más alejado con el caricaturesco “pura vida” que el señor del Campo menciona.
“Mi país siempre ha apostado al concepto y la práctica del desarrollo integral, con visión civilista y profundo respeto por las aspiraciones y derechos de las personas”, dijo la presidenta. Reconoció, además, que “cuando, en 2009, la New Economics Foundation, del Reino Unido, otorgó a Costa Rica el primer lugar en su ‘Índice de felicidad planetaria’”, esa clasificación “activó útiles introspecciones analíticas y discusiones públicas”.
Doña Laura también se refirió al “Informe sobre la felicidad mundial” divulgado ese día y editado por los profesores Jeffry Sachs, John Helliwell y Richard Layar, y que ella había leído días antes. Por eso, celebró que dicho informe aportara “más profundos abordajes de investigación y más decantadas herramientas metodológicas” sobre bienestar y felicidad.
“Gracias a este tipo de aportes –dijo también la presidenta–, hoy los costarricenses somos aún más conscientes de que la esencia de nuestro bienestar, así como el de cualquier otro pueblo, se nutre de una dinámica y delicada interacción entre múltiples factores: económicos, sociales, culturales, ambientales y espirituales”.
Reflexión. Pero las reflexiones de nuestra presidenta no quedaron allí. “La búsqueda del bienestar –dijo– también nos obliga a un adecuado balance entre aspiraciones y logros; entre el yo y el nosotros; entre lo público y privado; lo institucional y espontáneo; los impulsos y los límites; las tradiciones y la innovación; la libertad y la responsabilidad”, y luego añadió:
“La felicidad es un sentimiento que anida en cada persona, y cada una la conceptúa de manera distinta, desde su individualidad, sus afiliaciones y su cultura. Hay muchos caminos para llegar a ella. Pero si algo nos dice la historia colectiva del mundo, así como sus dinámicas contemporáneas, es que esos caminos pasan por el respeto a la dignidad y por la creación de oportunidades para buscar, libremente, nuestra realización plena y armónica, como parte de entornos naturales y sociales”.
Y en uno de sus últimos párrafos planteó esta reflexión: “Conceptualizar, sistematizar, echar a andar y medir procesos tan complejos y resultados tan elusivos, es una tarea de extrema complejidad técnica; también, de valentía política, porque expone a los gobernantes a nuevos focos para evaluar nuestro desempeño y rendir cuentas. La valentía es necesaria. El esfuerzo vale la pena”.
¿Dónde está la “promoción” de que habla con tanta ligereza el señor del Campo? Solo en su imaginación sin información, y en la noticia de un periodista, quien citó a la presidenta diciendo que el bienestar y la felicidad de los costarricenses pueden ser factores para atraer turismo e inversiones. No hay nada de malo en esto. El propio señor del Campo debería reconocerlo, porque la empresa que el preside utilizó el tema de la felicidad y el bienestar para vender participaciones en un seminario, algo, por cierto, que considero totalmente legítimo.
El referido comentarista también afirma, sin sustento alguno, que Costa Rica está cada vez más lejos del bienestar y que “sin duda alguna” antes era más feliz que ahora. Los hechos no lo respaldan.
Nota final: la cooperación entre Costa Rica y Bután se remonta al 2005. En ese año, nuestro país, Benín y Bután establecieron un programa de cooperación “sur-sur” en desarrollo sostenible. El primer ministro butanés, Jigmi Y. Thinley, está al tanto del éxito de este programa, del desempeño de Costa Rica en bienestar y del compromiso de nuestra presidenta al respecto. Por esto la invitó a ser la oradora de fondo en la actividad en las NNUU. Él sí está bien informado.