Gotas de pigmentos tradicionales y novedosos se fusionan en la nueva colección de obras que el reconocido artista Fernando Carballo presenta en la Galería Pueblarte bajo el título de Los drippings de Carballo . A las numerosas páginas de su trayectoria artística se incorpora el ‘dripping’, técnica con la cual experimenta las posibilidades de la línea a través del estilo que caracteriza sus dibujos. ‘Dripping’ proviene de la expresión inglesa ‘to drip’ (‘gotear’).
Hablar de Fernando Carballo es hablar de uno de los creadores más importantes en la historia de la plástica costarricense. Nacido en 1941 en el centro de la ciudad de Cartago, ha dedicado gran parte de su vida al arte.
Su trabajo se inició hace más de 40 años con el dibujo, pero fue practicando paulatinamente otras técnicas, como la pintura al óleo, la serigrafía, la litografía y el grabado en metal. Su producción ha viajado a diversos países, como México, Estados Unidos, España, Colombia, Austria y Taiwán.
Además, Fernando ganó el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en dos ocasiones: en dibujo en 1978 y en pintura en 1982. Esto lo llevó a representar a Costa Rica en afamados encuentros de artes plásticas, como Iberoamérica Pinta, una iniciativa de la UNESCO que recorrió toda Latinoamérica.
Carballo trabajó en publicidad y en imprentas, y fue docente en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica. El artista muestra actualmente otra de sus facetas con motivo del noveno aniversario de la Galería Pueblarte.
El azar como posibilidad. Se ha utilizado el término ‘dripping’ para referirse a una de las técnicas de la “action painting” (pintura de acción), que procura retratar la energía y el movimiento. Los artistas que utilizaban la “action painting” no consideraban la pintura como una imagen, sino como un evento.
El ‘dripping’ consiste en chorrear varios tipos de pintura sobre la superficie de trabajo. Así, el azar y la espontaneidad se conjugan en la creación de la obra, la cual trasciende la mera representación de la realidad.
La técnica se asocia al norteamericano Jackson Pollock, quien la empleó en su forma más típica a finales de los años 40 y durante la década del 50. También se menciona a la ucraniana Janet Sobel, quien despojó el ‘dripping’ del abstraccionismo. Algo habitual en esta técnica es el uso de pigmentos poco tradicionales, como el ‘corrostyl’, los esmaltes, el emplomado y las tintas de impresión en ‘offset’.
El inicio de Carballo en el ‘dripping’ tiene una historia peculiar. Empezó intentando hacer un homenaje al escultor y dibujante Juan Manuel Sánchez , el “Indio”, ya que las ilustraciones que este realizaba para la revista infantil El Farolito fueron parte de los cuentos y los poemas que acompañaron a Fernando en su infancia.
“Observando sus dibujos con cuidado, me di cuenta de que Juan Manuel tiene una línea pareja casi siempre. Se me ocurrió usar un chorrito para dar ese aspecto a mis obras, de manera que iban a quedarme dibujos muy parecidos a los de él, y que la relación existiese en la manera de utilizar la línea”, cuenta el artista señalando el cuadro Bella .
Hija de la ocurrencia. En Fernando Carballo, el conocimiento de la técnica es autodidacta: surgió de su curiosidad y de la búsqueda de nuevas posibilidades expresivas.
“Al principio, yo buscaba aceiteras porque recordé que tenían un mecanismo que se podía apretar para aplicar un chorrito muy fino. No las encontré, pero buscando me di con botellitas que tienen un orificio y se usan para poner mayonesa y ‘ketchup’ en las sodas: yo las utilizo”, refiere el artista cartaginés.
El proceso de apropiación de la técnica fue muy espontáneo, al igual que el ‘dripping’ mismo. Al utilizar materiales poco frecuentes, como pinturas industriales, el resultado es muchas veces insólito. “Empecé a usar esmalte brillante; después encontré uno mate, un producto que sirve para proteger los metales de la herrumbre: el ‘corrostyl’; es el que más me gusta”, explica Fernando.
Carballo utiliza otros materiales para completar las obras, como tinta de imprenta y óleo; ha variado también los soportes, que incluyen tela, papel y cartón. El artista retoca las pinturas enfatizando detalles que potencian la expresividad de la obra; tal es el caso de Diversidad , en la que él resaltó el dibujo de las flores, impregnándolas de colores vivaces y primaverales. Fernando revela, emocionado, que Diversidad es un retrato de su nieta, un tema habitual en sus obras más recientes.
Los drippings de Carballo cuenta con veintiún obras de diferentes formatos y es una selección minuciosa de más de mil pinturas realizadas en los últimos quince años.
El chorreado puede durar solo minutos; sin embargo, para llegar al producto final, el artista debe esperar cuatro días a que esa pintura se seque. Entonces aplica el color, a veces vivaz y cálido; en otras ocasiones, dominado por los ocres y los grises. La mayoría de las obras se mueven entre el contraste de la línea cargada de textura del pigmento industrial, y los finos esfumados con efecto de acuarela que ofrece el color.
El eterno Fernando Carballo. Los ‘drippings’ de Carballo mantienen la unidad estilística y temática que ha caracterizado sus más de cuarenta años de carrera. Son frecuentes expresivas figuras femeninas, como en Bella y Muchacha bonita . “Están mis hermanas, las vecinas, las tías, la madrina, las amigas de mamá y la gente que en la calle conozco”, detalla el creador.
La mayoría de los ‘drippings’ presenta una sola figura con la mirada profunda y enigmática, dirigida al espectador, motivos que han caracterizado muchas de sus obras. Tal es el caso de las tres pinturas en blanco y negro de pequeño formato: Estudio I, Estudio II y Estudio III.
La cotidianidad también es parte de los trabajos. Las obras presentan escenas de la vida del artista. Un ejemplo es el cuadro de mayor formato: Multitud , un retrato del ambiente que le dan al paisaje cartaginés quienes van de romería hasta la basílica de los Ángeles. Otras creaciones, como Trovador , muestran personajes en sus labores cotidianas.
La elección de los motivos en las pinturas no es fortuita: es producto de una visión particular del arte que ha acompañado a Fernando durante su carrera.
“El tema seguirá siendo el eterno yo, a través de mi angustia, mi sensualidad, mi erotismo, mi amor por el arte, mi conciencia social”, expresa el pintor.
Las obras que han tomado la galería Pueblarte evidencian el interés de Fernando Carballo por tocar todas las puertas de las artes plásticas con el fin de proyectar la condición humana en sus angustias y pasiones.
“Uno tiene diferentes facetas. Creo que algo le pasó a la gente que aprende a hacer las cosas de una manera y que sigue haciéndolas igual durante toda la vida. En su pintura, el artista debe respirar lo que hace; si no, es decoración”, comenta Fernando Carballo.