Con la participación de 30 agrupaciones, 26 coreógrafos y cerca de 500 bailarines, arrancará este viernes la segunda edición del Festival Regional de Danza Jóvenes Bailarines, en el gimnasio municipal de Liberia, Guanacaste. La cita se prolongará hasta el sábado, con funciones gratuitas a las 3 y 7 p. m.
Vera Vargas, directora regional de cultura de Guanacaste y coordinadora de la actividad, aclaró que la naturaleza de la actividad no es competitiva sino participativa, y que la mayoría de agrupaciones inscritas ofrecerá espectáculos de baile folclórico, aunque también habrá presentaciones de danza contemporánea y bailes populares. Por el contrario, el ballet clásico quedó fuera de la agenda.
"La mayor parte de coreógrafos en danza folclórica son autodidactas y la mayoría tiene un trabajo permanente", recalcó Vargas. "Muchos de ellos, como Carlos Acuña, Álvaro Venegas y Priscilla Guzmán vienen con más de dos grupos. De hecho, Acuña participa con cuatro agrupaciones diferentes", agregó la directora.
El festival, que pretende servir como punto de encuentro para las agrupaciones dancísticas de la provincia, permitirá ver -durante dos días- el trabajo de 11 agrupaciones infantiles y 19 juveniles. El día de la clausura se presentará el grupo ecuatoriano Centro Cultural de Danza y Música Inti Huayra, como invitado internacional.
Ritmo sabanero. Vargas destacó el esfuerzo organizativo de las comunidades, los jóvenes y los padres de familia. En esta edición participan 9 grupos más que el año pasado procedentes, entre otras, de zonas como Abangares, Liberia, Cañas, La Cruz y Filadelfia.
"Gran parte del esfuerzo de participar es gracias a la organización comunal, que cuenta con el gran apoyo de los directores de los grupos y los padres de familia, que al fin y al cabo son los que ponen el vestuario, pagan las clases y costean el viaje de los muchachos", dijo Vargas. "Prácticamente todos los 30 grupos que participan son organizaciones estables que pertenecen a instituciones educativas o asociaciones culturales", insistió .
Gran parte de las coreografías son creaciones colectivas. Esto, según Vargas, refuerza el espíritu de intercambio del festival, aunque aseguró que en ediciones posteriores podría crecer en otros campos, como el formativo-profesional.