EL SECRETO DE Franco de Vita está en su fecunda inspiración. Melodías que caminan entre los relatos sociales, la reflexión personal y la sutil fuerza del amor, salen de su puño y letra y caen en la apreciación de un público que lo sigue desde los años 80, cuando apareció en la escena musical.
Las canciones ni siquiera tienen que salir de su boca para ser éxitos; la prueba fue Vuelve, tema que le compuso a Ricky Martin y que fue uno de los más sonados de este artista puertorriqueño. También ha escrito para Ana Belén y Luis Fonsi.
Por eso, la visita de este intérprete a nuestro país no podía pasar inadvertida. Aquí nos llega con un disco doble, una recopilación en la que reúne sus mejores temas y que, por cierto, titula Mis 30 mejores canciones. Así pues, su concierto será un completo recorrido por sus más de 20 años de carrera.
Antes de este trabajo, De Vita anduvo por toda Latinoamérica presentando el disco que hizo en el año 99: Nada es igual. Con este innovó su estilo porque incorporó elementos latinos y tropicales que, aunque siempre estuvieron presentes en la obra del cantautor venezolano, en esta ocasión adquirieron mayor protagonismo. En este trabajo, los éxitos fueron: Te veo venir, soledad y Traigo una pena, entre otros.
Y es que la inspiración le llega a este acuariano con la vida misma; de ella toma el 90 por ciento de las historias que cuenta. "Cada historia mía es como una autobiografía, un strip tease moral", confiesa. Así pues, basta con oírlo para conocerlo.
En 1984 debutó como solista, y, desde entonces, su carrera ha sido vertiginosa. Varios millones de discos vendidos, 40 discos de oro y 20 de platino hablan por sí solos del éxito alcanzado.
A esto se le añaden los reconocimientos que se han otorgado en su país de origen como una de las figuras más importantes del ámbito artístico, además de otros galardones internacionales, como los premios Lo Nuestro, TV Novelas, MTV y Billboard. Y es uno de los pocos venezolanos que ha sido candidato al Grammy.
Hombre de trabajo
Franco de Vita luce los zapatos de la seguridad bien amarrados sobre el escenario, una seguridad que le han dado años de esfuerzo. Si hay algo que este cantante tiene claro, es que su fama no ha sido producto del azar. "Debo decir que he sacrificado bastante para llegar donde estoy; luché mucho y me lo trabajé"..., y el público se lo ha reconocido.
Franco nació en Venezuela; a los tres años viajó a Italia, el país de origen de sus padres, y ahí vivió hasta los trece años.
En los senderos de la música, De Vita empezó por el principio: en el conservatorio. Alternó las clases de solfeo, piano y composición con Corpus, el primer conjunto del que formó parte. En 1982 se tomó bien en serio lo de escribir y formó parte de Ícaro, un grupo para el que compuso todos los temas y con el que grabó su primer disco, cuya trascendencia fue mínima.
Una vez que el sencillo No hay cielo salió al aire como el tema original de la telenovela Natalie, la vida de Franco cambió para siempre.
El anonimato fue perdiendo terreno. Vinieron Un buen perdedor, Frívola y Solo importas tú -este último, tema de la novela La dama de rosa, un verdadero éxito porque la novela también lo fue-.
Hoy, su discografía la componen siete grabaciones y está trabajando en su próximo lanzamiento, del cual no ha adelantado el título.
A Franco se lo puede conocer solo por las canciones porque de su vida sentimental poco se puede hablar: se la guarda celosamente. "Y creo que tiene que ser así. Mi relación con el público es de trabajo, es decir, este es mi trabajo y esta es mi oficina. Mi vida privada es eso, mía", comentó al periódico El Universal de Venezuela.
Sin embargo, el querer mantener en secreto sus relaciones no le quita la dulzura ni la calidez humana; en el mismo periódico asegura: "Todos los domingos, religiosamente, y sin importar dónde me encuentre, organizo un partido de futbol. De muchacho jugaba de defensa, extremo derecho". Como va a estar aquí hasta el domingo, habrá que ver dónde y con quién se va a pegar la mejenga.

