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Genealogías del beso

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El prólogo es el charco del libro, y nos gusta saltárnoslo. El prólogo es el mayordomo del libro y surge para indicarnos que esperemos: que el libro ya baja, que está peinándose el primer capítulo, y que él (el prólogo) está aquí para entretenernos con su gárrula plática cháchara. El prólogo enseña que nadie necesita muchas ideas para decirlas en pocas palabras. El prólogo se hace el inocente, mas es taimado y esquivo, ninguneable y envidioso pues le faltaron páginas para llegar a ser capítulo. Si el prólogo fuese un país, estaría en vías de desarrollo.








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