Richmond (EEUU), 29 nov (EFE).- El gobernador del estado de Virginia, Mark Warner, ha concedido la clemencia a un hombre que debía ser ejecutado mañana, miércoles, y que se hubiera convertido en la víctima número 1000 de la pena de muerte en Estados Unidos.
Fuentes oficiales dijeron que Robin Lovitt deberá ahora cumplir una pena a cadena perpetua sin libertad bajo palabra, por el asesinato en 1998 del dueño de un club nocturno.
Warner otorgó la clemencia después de que los abogados de Lovitt señalaran que el condenado no había podido demostrar su inocencia debido a que las pruebas de ADN habían sido accidentalmente destruidas.
Esta es la primera vez que Warner concede clemencia en los cuatro años que ocupa el cargo de gobernador del estado.
El anuncio de su decisión fue realizado cuando grupos de activistas se disponían a viajar a la prisión de Jarrat, para iniciar una vigilia en contra de la pena de muerte.
Esa manifestación había sido organizada por Amnistía Internacional (AI), que había pedido a Warner que otorgara su clemencia a Lovitt, quien debía recibir una inyección letal.
La pena de muerte fue restablecida en 1976 en Estados Unidos y desde entonces han sido ejecutados 999 personas.
Ahora, la ejecución número 1000 está prevista para el viernes en el estado de Carolina del Norte, donde Kenneth Lee Boyd recibirá la pena de muerte por el asesinato de su esposa y el padre de ésta.
La ejecución número 999 se realizó hoy en el estado de Ohio donde John Hick recibió una inyección letal tras ser declarado culpable de matar a su suegra y a su hijastra de cinco años. EFE
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