La policía india tuvo que disolver hace unos meses a una multitud enardecida que exigía a una mujer que se lanzara al fuego y se quemara viva.
Sucedió en Rajastán, un estado al norte del país. La masa pretendía que se arrojara a la pira funeraria de su marido, reciente-mente fallecido, y que ambos ardieran juntos.
La tradición hindú del sati impone que las viudas se inmolen cuando su esposo ha dejado este mundo. Según esta costumbre, casi extinguida, la vida de la mujer no tiene sentido más allá de la de su hombre. “En Rajastán fueron necesarios más de 500 policías para impedir la inmolación. Todos estaban deseosos de que se conmemorara con una muerte gloriosa el aniversario de otro sati” , dice la secretaria nacional de la ONG People’s Union for Civil Liberties, Kavita Srivastava.
El Gobierno de India intenta ahora agravar las penas contra las comunidades donde se realice el sati , o el suicidio de la viuda en la pira funeraria del marido. Los cambios que se proponen a la ley actual, de 1987, permitirían culpar a toda la comunidad donde se produzca un suicidio. Con ello, se intenta evitar que las propias familias provoquen que las mujeres se lancen a la hoguera funeraria del marido o que se dejen enterrar vivas en su tumba. Quienes sean declarados culpables de provocar un sati serán castigados a penas de entre tres y diez años de cárcel. La multa establecida actualmente se quintuplicará hasta alcanzar unos 1.000 euros.
También se pretende cambiar la medida que castiga a las mujeres si sobreviven a la pira o si alguien las salva.
“Buscamos estos cambios en la ley porque cuando una mujer es cazada intentando suicidarse en la hoguera de su marido, casi toda la culpa recae sobre ella. Pero ellas son en realidad víctimas de sus aldeas, que deben responsabilizarse por estos actos”, comentó la principal promotora de la ley, la ministra de la Mujer, Renuka Chowdhury.
El nombre sati hace referencia a la diosa del mismo nombre, que, según la mitología hindú , se autoinmoló por amor a su esposo Shiva.
El ritual, que se practicaba mucho en la Edad Media, fue prohibido por primera vez en 1829, cuando India era colonia inglesa. En 1987, tras 40 años de independencia, el Gobierno indio promulgó la ley que ahora se pretende enmendar.
Aunque no existe un registro oficial de los casos, la ONG People’s Union for Civil Liberties, ha registrado 44 en los últimos 60 años.
Uno de los problemas para erradicar esta práctica es la creencia popular de que la viuda quedará libre de pecado y será adorada después de tan gloriosa muerte.