OXFORD- ¿Pueden los juicios morales ser verdaderos o falsos? ¿O en el fondo es la ética, una cuestión puramente subjetiva, que las personas pueden elegir, o tal vez relativa a la cultura de la sociedad en que uno vive? Puede que hayamos encontrado la respuesta.
Entre los filósofos, la opinión de que los juicios morales afirman verdades objetivas ha estado fuera de moda desde la década de 1930, cuando los positivistas lógicos afirmaron que, debido a que parece que no hay forma de verificar la verdad de los juicios morales, no puede haber otra cosa que expresiones de nuestros sentimientos o actitudes. Así, por ejemplo, cuando decimos: “No deberías golpear a ese niño”, todo lo que estamos haciendo es expresar nuestra desaprobación de que se golpee al niño, o animar a que se lo deje de golpear. No hay verdad sobre la cuestión de si es o no es malo hacerlo.
Aunque a menudo este punto de vista de la ética ha sido cuestionado, muchas de las objeciones han venido de pensadores religiosos que apelaban a los mandamientos de Dios. Estos argumentos tienen una atracción limitada para el mundo en gran medida secular de la filosofía occidental. Otras defensas de la verdad objetiva en la ética no han recurrido a la religión, pero poco han podido contrarrestar el estado de ánimo filosófico imperante.
El mes pasado, sin embargo, tuvo lugar un acontecimiento filosófico importante: la publicación del esperado libro de Derek Parfit On What Matters (Sobre lo que importa). Hasta ahora, Parfit, que es miembro emérito del All Souls College, Oxford, había escrito un solo libro, Reasons and Persons (Razones y personas), publicado en 1984 con gran éxito. Los argumentos totalmente seculares de Parfit y la forma global en que aborda las posiciones alternativas, han puesto a la defensiva por primera vez en décadas a quienes rechazan el objetivismo en la ética.
On What Matters es un libro de enormes proporciones: dos grandes volúmenes, que suman más de 1.400 páginas de denso texto argumentativo. Pero el núcleo del argumento se presenta en las primeras 400 páginas, lo que no es un desafío insuperable para quienes están dotados de curiosidad intelectual: sobre todo teniendo en cuenta que Parfit, en la mejor tradición de la filosofía en idioma inglés, siempre prefiere la lucidez, no utilizando palabras oscuras donde se puede ser simple. Cada frase es sencilla, el argumento es claro y Parfit a menudo utiliza ejemplos vívidos para ilustrar sus puntos. Así, el libro es una delicia intelectual para cualquiera que desee entender no tanto “lo que importa”, en cuanto a si algo realmente puede importar, en un sentido objetivo.
Verdades normativas. Mucha gente asume que la racionalidad es siempre fundamental: la razón solo puede decirnos cómo conseguir lo que queremos, sino que nuestros deseos básicos están fuera del alcance del razonamiento. No es así, afirma Parfit. Del mismo modo que podemos captar la verdad de que 1 + 1 > 2, así podemos ver que tenemos una razón para evitar el sufrimiento de la agonía en el futuro, con independencia de que ahora nos importe, o tengamos deseos sobre ello, el sufrir agonía en ese momento. También podemos tener razones (aunque no siempre concluyentes) para evitar que otros sufran agonía. Tales verdades normativas evidentes proporcionan la base para la defensa de Parfit de la objetividad en la ética.
Uno de los argumentos principales contra el objetivismo en la ética es que las personas no estamos muy de acuerdo sobre lo que es bueno o malo, y este desacuerdo se extiende a filósofos a los que no se puede acusar de ser ignorantes o estar confundidos. Si grandes pensadores como Emmanuel Kant y Jeremy Bentham no están de acuerdo acerca de lo que debemos hacer, ¿puede realmente haber una respuesta objetiva y verdadera a esa pregunta?
La respuesta de Parfit a esta línea de argumentación le lleva a hacer la afirmación que quizás es aún más audaz que su defensa del objetivismo en la ética. Considera tres teorías principales acerca de lo que debemos hacer: una derivada de Kant, una de la tradición del contrato social de Hobbes, Locke, Rousseau y los filósofos contemporáneos John Rawls y TM Scanlon, y uno del utilitarismo de Bentham, y sostiene que las teorías kantianas y del contrato social se deben revisar para ser defendibles.
A continuación, argumenta que estas teorías revisadas coinciden con una particular forma de consecuencialismo, que es una teoría de la misma familia general que el utilitarismo. Si Parfit está en lo correcto, hay mucho menos desacuerdo entre las teorías morales aparentemente contradictorias de lo que todos pensamos. Los defensores de cada una de estas teorías representan, en las vívidas palabras de Parfit “el ascenso de la misma montaña por lados diferentes”.
Los lectores de On What Matters que busquen una respuesta a la pregunta planteada por el título podrían quedar decepcionados. El interés real de Parfit es la lucha contra el subjetivismo y el nihilismo. Tiene la convicción de que, a menos que pueda demostrar que el objetivismo es cierto, nada importa.
Cuando Parfit llega a la cuestión de “lo que importa”, su respuesta puede parecer sorprendentemente obvia. Nos dice, por ejemplo, que lo que más importa ahora es que “nosotros los ricos renunciemos a algunos de nuestros lujos, dejemos de sobrecalentar la atmósfera de la Tierra y cuidemos este planeta de otras formas, para que pueda seguir sustentando vida inteligente”.
Muchos de nosotros ya habíamos llegado a esa conclusión. Lo que ganamos con la obra de Parfit es la posibilidad de defender estas y otras afirmaciones morales como verdades objetivas.
Peter Singer es profesor de Bioética en la Universidad de Princeton y profesor laureado en la Universidad de Melbourne. Se acaban de publicar versiones ampliadas de sus libros Practical Ethics (Ética práctica) y The Expanding Circle (El círculo en expansión).