Lo usual es hablar de altas temperaturas cuando hay sol y verano de por medio. Sin embargo la noche del pasado miércoles el calor fue protagonista en el espectáculo donde Helloween (Alemania) y Stratovarius (Finlandia) deleitaron a Costa Rica con su
En el Club Pepper’s no cabía un alma más; cerca de 3.000 fanáticos –fervientes y apasionados– se metieron como sardinas en lata para ver a los europeos. Al final salieron sudados y agobiados. Si bien el show provocó satisfacción, el calor y un atraso de una hora entre una banda y otra (por un imprevisto técnico, según la productora Blackline) provocaron caras largas.
A las 8 p.m. tal y como estaba anunciado Stratovarius apareció en tarima con la canción
“¡Strato, Strato!”, gritaba el público con euforia. “Me parece que ustedes son muy buenos cantantes”, dijo el vocalista Timo Kotipelto para invitar al público a cantar con él
Tras una hora completa de melodías agudas y rápidos
El público tico, ansioso por ver en escena a la banda considerada fundadora del subgénero
El guitarrista Sascha Gerstner y el baterista Dani Löble se lucieron con sendos solos, mientras que el bajista Markus Grosskopf descolló desde un banco, pues una lesión en un pie le impedía estar de pie.
El buen Michael Weikath lideró desde su guitarra y el cantante Andi Deris habló con el público en legítimo castellano: “¿Estais cansados?”; “¡Noooo!”, le respondían.
El sudor caía desde las frentes e inclusive desde el techo del recinto, mientras que los artistas interpretaban
Helloween fusionó
Poco antes de media noche los músicos se despidieron: calabaza, calabaza, cada quien para su casa.