Limón. Con más de la mitad de su vida dedicada a la danza, la limonense Hortensia Smith ha hecho realidad muchos de sus más preciados sueños.
“Logré trabajar en lo que más me gusta, que es la difusión de la cultura afrodescendiente”, dice con los ojos llenos de orgullo la mujer de espigada figura.
Durante los últimos 32 años se ha dedicado a promover la danza de formación de cuadro en su provincia natal y de ahí llevarla al resto del país e, incluso, más allá de nuestras fronteras.
Ha sido el Centro Educativo San Marcos, ubicado en esa provincia caribeña, donde, en los últimos años, ha encontrado el terreno más fértil para perpetuar esta manifestación de la cultura afrodescendiente.
Los estudiantes de esa institución se han convertido en los aliados perfectos para que esa danza evite caer en el olvido.
Los niños de tercer grado en adelante reciben un taller semanal de 40 minutos en el que se dedican a aprender el baile de formación de cuadro, también conocido como square dance, y a descubrir todos sus secretos, como su protocolo, etiqueta y reseña histórica.
“Es muy importante porque es parte de nuestra cultura y también de nuestros antepasados”, afirmó con entusiasmo Fabián Acuña, de 11 años, y estudiante de quinto grado en el Centro San Marcos.
Al igual que él, sus compañeros muestran con orgullo los pasos de baile que la teacher Hortensia ha enseñado con gran dedicación.
El baile. Esta danza se caracteriza por bailarse entre ocho personas agrupadas en cuatro parejas. El baile recrea los movimientos de la llamada contradanza europea.
Según recuerda Smith, desde pequeña esos bailes captaron su atención y, desde entonces, soñó con hacerlos ella misma cuando fuera grande.
Aunque no tenía edad, pero ayudada por su estilizada figura y altura, se colaba en el emblemático Black Star Line para ver los bailes y cultivar la esperanza de hacerlos propios.
“Algún día yo llegaré a ser bailarina, pero no sabía, ni tenía idea de que no solo iba a ser bailarina sino instructora de un grupo”, afirmó.
Según explicó la bailarina, se trata de una danza originaria de Francia y que de ahí se trasladó a Inglaterra. Asimismo, cuando los ingleses tomaron Jamaica y se llevaron como esclavos a algunos de sus habitantes para el Viejo Continente, los recién llegados empezaron a imitar los bailes de sus amos.
“El baile en sus orígenes sirve como una mofa de las órdenes que el esclavo recibe de su patrón. Tiene mucho que ver con el pundonor y la remembranza”, explicó Smith.
Esta nueva variedad del baile arribó a nuestro país de mano, y pies, de los afrocaribeños que llegaron a nuestro país para la construcción del ferrocarril.
“Aunque ellos venían con la intención de devolverse a Jamaica; se terminaron quedando aquí”, explicó Smith. Y con ellos se quedaron muchas de sus tradiciones que hoy enriquecen a nuestro país.
Dedicación. Smith también recordó cómo también su madre fue una influencia para querer repetir los pasos que hacía con el baile de formación de cuadro.
Originaria de Estrada, ubicado en el distrito de Matina, Smith desde muy joven tomó la decisión de emigrar a Limón centro.
Terminó sus estudios secundarios en el Liceo Nocturno de Limón y una vez superada esa meta se dedicó a trabajar como promotora social, lo cual tocó su corazón y fue la señal final que le indicaría a que dedicaría su vida.
De esta forma, también colaboró en distintos festivales culturales y artísticos, incluso sin devengar salario, con la ilusión de rescatar la identidad cultural de su gente.
Hace 16 años llegó al Centro de Educación San Marcos, donde es la responsable del taller de square dance. Además, tiene un proyecto con un grupo formado por 16 jóvenes, algunos de los cuales fueron alumnos suyos en la escuela y que se reune en el simbólico Black Star Line, en Limón centro.
Para este proyecto ha unido fuerzas con Juan Carlos Meza, director de la Banda de Conciertos de Limón, la cual se encarga de la parte musical del baile.
Junto con este grupo de jóvenes ha logrado traspasar las fronteras del país y se han presentado en países como Panamá y Ecuador.
Además, recientemente recibió una buena noticia ya que fueron invitados a participar en un festival cultural en Qatar, en octubre, lo cual aún le parece difícil de creer.
“Cuando me llamaron les pregunté que si era una broma del Día de los inocentes y cuando me dijeron que era verdad, aún así me costó creerlo”, recordó. A Qatar viajará en compañía de la Banda de Conciertos de Limón.
Para Smith, este es uno de los principales logros de su trayectoria. “A este baile nunca se le había dado tanta importancia”, confesó.
“No quiero que la danza vaya a perecer. Antes no se permitía la participación de la etnia blanca, pero ya se ha dado una apertura, y ahora ya se ha logrado participado en seis provincias. “Nos falta ir a Puntarenas”, dijo.
“En Pérez Zeledón hicimos una gira y el apoyo que recibimos fue increíble. Estaba la sala llena de personas que esperaban para vernos y con música en vivo”, rememoró.
“No me puedo quejar porque he logrado lo que muchos no habían logrado al trabajar con niños y jóvenes. Aquí participan blancos, negros, chinos, indios”, aseguró.
“Se trata de facilitar el proceso y cuando me dicen que quieren ser bailarinas como mi teacher (profesora) es una gran satisfacción”, añadió con una sonrisa.
Ese apoyo es fundamental para seguir adelante con su tarea. “Mi meta es seguir hasta donde las fuerzas me den. Que la danza no se quede estancada y los jóvenes la quieran expandir”, dijo.
“En Limón siempre se ha dicho que nuestro trapo de dominguear es el rice and beans, pero también hay otras manifestaciones igual de importantes. El medio (para transmitir la cultura) no es lo que importa, es que usted tenga dentro y poder cumplir esas metas”, agregó.
Smith también trabaja con la filosofía de que imitar lo bueno solo traerá vibraciones positivas
“Hacer la labor que estoy haciendo es una bendición, hace tres años tuve un accidente y pensé que hasta ahí había llegado”, recordó . Sin duda, su tenacidad le ayudó a superar esa prueba y a seguir haciendo lo que más le gusta: sembrar para el futuro.